POR JULY DE SOSA
He escuchado decir a mucha gente incluso cristianos, que tener dinero es pecado.
Pero, que dice la biblia al respecto.
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. (1 Timoteo 6: 10) el pasaje deja claro que el “dinero” no es la causa de todo mal, sino el “amor” a este. Ciertamente el atractivo “don dinero” puede llegar a destruirnos, si desconocemos sus engaños, y abrazamos su esplendor. Conozco historias de hombres ricos que mal gastan sus vidas, a causa de su fortuna. Y no solamente en deleites y placeres, sino también en que no pueden disfrutar de lo que tienen por temor a perderlo; ejemplo de esto son aquellas personas que prefieren guardar su dinero antes que compartir un paseo familiar, comprar un detalle, o disfrutar de una película en el cine. Sumado a esto están las parejas que unieron sus vidas en matrimonio, pero no por amor entre ellos, sino más bien por amor al dinero que uno de los dos tiene, y por temor a perder esa comodidad son víctimas de maltratos e irrespetos, como es el caso de una mujer que vive un verdadero infierno en su matrimonio, por las constantes infidelidades de su esposo, que sin conciencia y deseo de cambio, practicaba regularmente.
Un día, luego de escuchar sus quejas hacia él, le pregunte ¿porque no te separas por algún tiempo, y le das la oportunidad que te extrañe y probablemente al sentir que podría llegar a perderte recapacite y cambie? Todavía me impresiona su respuesta, ella dijo: No, si lo dejo estoy segura que no me buscará, y yo, no encontrare a nadie más que me dé, el estilo de vida que él me da. Precisamente de eso se trata que cambies de “estilo de vida” y le permitas a Dios ser tu proveedor y quien levante tu cabeza, respondí apresuradamente. Ella sonrió y se despidió. Su gesto me basto para saber que conocer íntimamente a su señor, no es para ella tan importante como su amor al dinero, tal y como lo cita (Eclesiastés 5:10)
Existen relaciones de familia y amistades, terminadas por culpa del amor desmedido hacia el dinero. Y entre ellas las más lamentables de personas que llegan a quitar vidas por esa causa. Ciertamente Dios nos creó con ingenio y desde el comienzo de la historia nos bendijo con toda bendición. Y entre esas bendiciones esta la provisión económica. No es malo trabajar y esforzarnos para tener dinero y suplir nuestras necesidades, lo malo y lo que Dios aborrece es que amemos ese dinero, porque ese amor tendera trampas de esclavitud en nosotros…Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco, pero al rico no le deja dormir la abundancia. (Eclesiastés 5:12)
Dios quiere darnos todo lo que le pidamos, pero esa petición debe de ser alimentada por una necesidad, y no por un deseo incontrolable de riqueza. ¿Recuerda usted la parábola del joven rico que quería seguir a Jesús, pero al conocer el precio que tendría que pagar, desistió de su fugaz deseo y abrazo su tristeza? (Mateo 19:16-22)
Sirva lo anterior para entender que el dinero no es cosa mala, lo malo es el amor hacia él. Y para cuidar que esa clase de amor no forme parte del tesoro de nuestro corazón.
¡Feliz y prospera semana!