Por: Pastor Javier Dominguez — Iglesia Gracia Sobre Gracia
Dos fueron los principales contextos para que la Reforma tuviera lugar en el S. XVI. Por un lado, la ansiedad existencial en que toda Europa estaba inmersa a causa de más de 300 años sufriendo la peste negra, que mató a más de un cuarto de la población de aquella época. Por otro lado, y como consecuencia, el hombre del medioevo no quería morir, pues no sabía qué sucedería después de la muerte. Con esperanza, acudieron a la iglesia católica para saber cómo el hombre puede salvarse. Esta en lugar de responder con el evangelio de la gracia de nuestro Señor Jesucristo, la iglesia católica enseñó que la peste era un castigo de Dios, por tanto, los que murieran por ella irían al infierno o al purgatorio; y que la manera de ser salvos de eso, era por medio de tres cosas: la participación de las fiestas católicas, la compra de indulgencias y la práctica constante de los sacramentos, incluyendo la participación de la misa. Les enseñaron una justificación por obras meritorias, tal como se mantiene hasta el día de hoy.
Este abuso espiritual, así como la obra de gracia de Dios en el corazón de los reformadores, provocó que muchos levantaran una voz de protesta, es decir, a favor del testimonio de las Escrituras y en contra de las muchas mentiras institucionalizadas en la iglesia de Roma medieval. Fue así como Dios, en su providencia, recupera las doctrinas fundamentales de los apóstoles en la comunidad de creyentes, provocando el resurgimiento de la verdadera iglesia cristiana, ahora protestante, que volvía a estar centrada en el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Esto vino a constituir la meta de la Reforma.
Cuando hoy observo la realidad de nuestro país, golpeado por la corrupción de sus líderes y la ansiedad consecuente de la población, no puedo dejar de ver una similitud con el contexto del tiempo de la Reforma. Por un lado, al igual que la iglesia del medioevo, hoy en día la iglesia cristiana evangélica en general no da respuestas a la ansiedad existencial salvadoreña, sino que está predicando modas que emergen de la cultura, las cuales, alejadas del evangelio, se constituyen letra muerta, que aunque utilizan en sus mensajes términos cristianos, sin mensajes llenos de pensamiento positivo, promesas humanistas y emociones místicas; es decir, un falso evangelio, mutilado, deformado, que no produce verdaderos creyentes, sino falsos, que pronto abandonarán las iglesias locales.
Junto a esta ineficiente función profética, escuchamos a pastores hablar de una iglesia evangélica dividida externamente. Pero me pregunto cómo no podría estarlo, si muchas congregaciones, tanto sus miembros como sus pastores, están divididos del evangelio y por tanto, divididos de Cristo. Si lo que mantiene unida a la verdadera iglesia de Cristo es Él mismo. Cuando la vida, liturgia, ortopráxis y ortodoxia de la iglesia no se centra en Cristo, entonces se entorpece el vínculo que la une.
Por otro lado, la búsqueda desesperada de la actual iglesia evangélica de El Salvador por un reconocimiento público, político y social, está haciendo que la iglesia venda su primogenitura por un plato de lentejas. Eso es evidente a través de la idolatría del estado en la que están envueltos varios pastores.
Por todo esto hermanos, considero necesario hacer un llamado a la iglesia cristiana de El Salvador a reformarnos. A volver a ser una iglesia protestante: Que hable, predique y viva conforme al evangelio de Jesucristo. Una iglesia que busque permanecer centrada en Él. Hago un llamado al arrepentimiento, a que dejando a un lado los mensajes de moda emergentes de la cultura, el misticismo religioso y los falsos evangelios centrados en la prosperidad del super hombre, volvamos a Cristo como preeminente en todo. Que volvamos a la Biblia como única fuente de autoridad en cuestiones de piedad y vida de la Iglesia. Que Cristo nos sea suficiente, como Él es. Mi llamado no es sino aquella voz que la reforma misma dejó gritando hasta el día de hoy, que la iglesia reformada, siempre debe de estar reformándose.
Es cierto que la Iglesia fue copada en la Edad Media por los príncipes que hicieron mucho daño. Obispos nombrados a dedo por nobles en funcion de la dominacion, poniendo cargas y tributos a los pobres (como hoy practican algunas iglesias) corrupción.
Pero con la reforma , Lutero no optó por los pobres, incluso abogó para el exterminio o tortura durante la guerra de los campesinos en Alemania traicionando a su seguidor Muntzer.
La Iglesia no sostiene que la justificacion sea por obras sino por fe. Pero una fe sin obras es muerta. La justificación es por fe. Pero su preocupación mas que la salvación individual es el trabajo por la justicia y la construccion del reino de Dios, Profundizado en la apertura de la Iglesia en el concilio Vaticano II.
Y los hechos históricos deben analizarse tomando en cuenta la epoca. Y evitar el simplismo.
Los protestantes, si usted sigue la historia, replicaron lo que la Iglesia católica aliada con nobles hacia en Europa: guerras, explotación, hoguera (Calvino no evitó la hoguera del teólogo contoversial y descubridor de la respiración pulmonar Miguel Cervet) el discurso anti católico ha sido una estrategia trans nacional luego del informe Rockefeller en época de Nixon por su opción por los pobres. Y luego por los documentos de Santa Fe de Reagan que ordenaba «aniquilar» una teología de Liberación.