POR JULY DE SOSA
Un nuevo año ha comenzado, y todos los vivientes tenemos frente nuestro, 365 oportunidades para conquistar nuevas metas. Es común escuchar en las primeras horas del año, propósitos a cumplir, entre los más famosos están: Bajar de peso, leer la biblia, cuidar nuestra salud, etc.
Lo cierto es que las santas escrituras dicen: “sin Dios nada podemos hacer” es por eso que considero importante sumar a las metas por alcanzar, tres que serán el pilar para todo lo demás. Como seguidores de Cristo llamados “cristianos” debemos de seguir los pasos de nuestro maestro, y proponernos crecer en sabiduría, conocimiento, y gracia para con Dios y para con nuestro prójimo. Crecer en sabiduría es el fruto de buscar a Dios y la verdad de su reino, explicita en su palabra escrita biblia, además de aprender a comunicarnos con él por medio de la oración con propósito, reconociendo en todo momento que él, es real, y galardonador de los que le buscan. Crecer en conocimiento significa buscar la superación en nuestra vida personal, recordando que nunca es demasiado tarde, para comenzar a hacerlo, aunque estemos cansados, lo cierto es que el cansancio pasará, pero el conocimiento permanecerá mientras tengamos memoria. Ciertamente entre más nos capacitamos más útiles seremos, Dios nos dio la tierra sin fin, no le pongamos fin nosotros a nuestra superación personal, cada nuevo año debemos de seguir avanzando proponiéndonos nuevos retos por cumplir, renunciando a los temores, rencores, faltas de perdón, y egoísmo, que son parte del pasado año, o años pasados. Desechar el enojo, y el rencor es cambiar nuestro punto de vista, y crecer en conocimiento.
Crecer en gracia para con Dios y para con los hombres tiene que ver con vivir respetando la regla de “tratar a otros como nos gusta ser tratados” esto sin duda hará de nosotros personas agradables a los ojos de los demás. Y permitirá que practiquemos la paciencia, virtud, que al desarrollarla nos ayuda a crecer en gracia para con todos. Especialmente con Dios, ya que como hijos debemos de esperar en él con paciencia y confianza; reconociendo que su voluntad es buena agradable y perfecta.
Es mi deseo que lo anterior sirva para marcar en este nuevo año, un antes y un después, en nuestro estilo de vida como cristianos. Recordando que, si queremos ver cosas diferentes, debemos de tener una siembra diferentes. Siempre agarrados de la mano del Señor y reconociéndole en todos nuestros caminos.
Feliz y próspero 2018 para todos.