POR JULY DE SOSA
Escondernos es uno de los placeres favoritos en nuestra etapa de infantes, y más aun cuando no pueden encontrarnos. Mi nieta acostumbra, esconderse en sitios estratégicos, que en su opinión parecen perfectos, pero la realidad es que no se necesita de mucho esfuerzo para encontrarla, ya que su risa la descubre.
Ese deseo de escondernos se hace presente en nosotros sin, importar nuestra edad, cuando cometemos un error, que a nuestro juicio es “grave” es en ese estado que deseamos, que la tierra a nuestros pies se abra y nos esconda en sus entrañas. Pero… ¿Es posible esconderse del ojo de Dios? De la misma forma como sentimos vergüenza con otros, en ocasiones sentimos vergüenza con Dios, por hacer cosas que sabemos, están prohibidas por ÉL, y que nosotros sin mínima pena pasamos de largo los limites que desde el principio estableció, para que nos valla bien.
Tal y como le ocurrió a la primera, pareja del huerto del Edén, cuando se percataron de su desobediencia a la advertencia de Dios, “se escondieron” a causa de su vergüenza. Ignorando que del ojo de Dios nadie puede esconderse. Dios que los creo con amor e ingenio, precisamente para tener relación con ellos, pregunta al hombre ¿Dónde estás tú? ¿Será que Dios desconocía el escondite de ambos? De ninguna manera, su pregunta fue para mostrarles confianza y hacerles conciencia de su desobediencia. Adán respondió: “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”
¿Cuántos de nosotros hemos estado en esa situación de vergüenza delante de Dios? a causa de desobedecer su palabra escrita, y revelada con el propósito de enseñar, redargüir, corregir, instruir en justica, y prepararnos para toda buena obra. ( 2Timoteo 3:16) cuando pasamos esta verdad por alto, y decidimos obrar de manera diferente, más temprano que tarde sentiremos el peso de nuestro pecado descubierto a los ojos de Dios, es allí cuando deseamos conocer el escondite perfecto, para que la mirada de Dios “no pueda alcanzarnos”. Lamentable mente no existe lugar en la tierra ni debajo de la tierra que no pueda ser penetrado por el ojo de Dios. Pero si, existe un poder que puede justificarnos y borrar nuestro pecado, para no tener necesidad de escondernos, ese poder esta en la sangre de Jesús derramada a favor nuestro para santificarnos, justificarnos, y reconciliarnos con Dios padre, entre otras cosas. (Hebreos 9:14).
Es ¡increíble! Que muchos vivan ignorantes del perdón de Dios, para con los creyentes en su hijo Jesús, que es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1:29) por defender el hecho que se necesita hacer sacrificios para borrar los pecados cometidos, negándose a aceptar que Jesús hizo el sacrificio perfecto, para la propiciación de nuestros pecados (1ª Juan 2:1-2)
Considero ¡Maravilloso! Conocer esta verdad, que es lo único que quita el peso del pecado de nuestros hombros, y concede libertad para no sentir la necesidad de escondernos de la vista de Dios. Cuando por voluntad propia decidimos entregar el timón de nuestra vida a Jesús, reconociéndole como el Señor de nosotros, y no solo como salvador de nuestras almas, todas las cosas son hechas nuevas, anulando el acta que nos era contraria. (2ª Corintios 5:17) (Colosenses 2:13-14).
Ciertamente que gozo es para todo creyente conocer y abrazar la nueva vida en Cristo Jesús, que es nuestro abogado personal delante del trono de Dios, y quien borra, toda vergüenza de pecado en nosotros, sin duda alguna, esto es mejor que esconderse en un lugar físico.
No, lo olvide “la próxima vez que desee esconderse del ojo de Dios” a causa de su vergüenza, arrepentido, valla y busque la presencia de Dios, y descubra su pecado de cara a ÉL, e implore su perdón, por medio de la sangre de Jesús. Le aseguro que se despojará de toda carga y vergüenza, sin necesidad de esconderse.
Epílogo: No existe un lugar para escondernos de Dios, pero si, existe un lugar para no tener necesidad de hacerlo, el trono de la gracia de Dios, allí en lugar de vergüenza sentimos gozo.
¡Feliz semana!
María, si por fuera si por mi fuera. Pero no es el caso. Las leyes son como son. Pueden ser interpretables, ya ves que unos lo hacen de un modo y otros de otro Lo que está claro, de eso no hay duda, es que hay sedición, además de desobediencia, incitación a la desobediencia, prevaricación, malversación, etc. Con todo esto, le pueden caer muchos años de cárcel y muchos más de inhabilitación.