Se sabe cuando nacemos pero no se sabe qué fecha pereceremos, en esa paradoja de la vida muchos han divagado tratando de encontrar respuestas, es casi propio del ADN del ser humano pasar el tiempo queriendo descubrir el porvenir, común no necesariamente es un indicativo que sea correcto. La vida de algunos es más corta y la de otros más larga, longevidad no es sinónimo de sabiduría, como juventud no significa ignorancia.
Entonces ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Será que es lo que pedagógicamente hablando se conoce como nacer, crecer, reproducirse? A mi parecer la vida tiene una serie de componentes que ahí están implícitos en cada ser pero que no todos los desarrollan, y eso es al final de los días que hace que unos marquen la historia y otros pasen al olvido.
En lo largo de entrevistar a diferentes exponentes de la iglesia evangélica hacemos una pregunta de cierre ¿Si usted muriera hoy cómo le gustaría ser recordado? Es interesante más que la pregunta la reacción de la mayoría, ¿por qué? Porque nadie vive pensando que no somos eternos en esta tierra y que tarde o temprano como la flor del campo nos llegará el ocaso, pero quiero hacerme y hacerle la misma pregunta estimado lector, ¿Si usted muriera hoy cómo le gustaría ser recordado?
Según sea su respuesta no es mi intensión establecer un estado de pánico o de zozobra que pronto va a morir, por el contrario es mi deseo motivarle a la reflexión de qué está sembrando en esta tierra, qué está haciendo por cultivar su intelecto, qué está haciendo para llenar de felicidad a su familia, qué está haciendo para contribuir a la obra de Dios, cuál es su legado para las futuras generaciones, qué se dirá de usted en su ausencia, es de las personas que han saltado obstáculos y conquistado sus sueños o de aquellos que solo son una pieza en el rompecabezas para hacer que otros cumplan sus sueños, ha encontrado su propósito de vida o no tiene ni la menor idea de cuál es su don, por qué le llamo a que se tome un espacio en estos y otros detalles que usted puede agregarle a este artículo, lo hago porque fugaz como estrella es la vida, pero aun en su fugacidad siguen siendo estrellas, que así seamos usted y yo, no importa cuantos años Dios ha preparado para mí, verdaderamente importante es qué haré en todos esos años.