Por: Jonás Herrera
Hace algunos días leí un tuit que decía: “Parece que cada vez son menos en El Salvador las personas que rechazan la interrupción del embarazo en todas la circunstancias. Esa postura ahora la defiende el fundamentalismo tanto el católico como el evangélico”. Esta afirmación me parece sorprendente, primero es imprecisa en el lenguaje que utiliza [interrupción], un embarazo no se puede interrumpir ya que por definición la palabra connota que aquello sería tan solo una pausa y aunque esta podría ser definitiva tendría que contar con la posibilidad de reiniciarse si hubiese voluntad, estoy consiente que el vocablo aborto es amplio en significado un ejemplo de ello es cuando se utiliza en la milicia “aborten la misión” aquí la orden es abandonar, interrumpir, terminar, pero note que siempre existe la posibilidad de reiniciar si así se desea, en cambio un embrión está compuesto por células vivas por lo tanto si las destruyo no las interrumpo las mato, esto independientemente si pienso que despenalizar el aborto en todas las circunstancias es correcto o no lo es, el termino conceptualmente adecuado para quitar la vida es matar.
Ahora el fondo de la cuestión sobre el aborto no se trata de semántica, por lo que tampoco adhiero el argumento que aquellos que tenemos razones para cuestionar las causales del aborto sean siempre atribuibles a la religión y peor aún sugiriendo que esta forma de pensar es arcaica, obsoleta y [fundamentalista], el tema del aborto y su razonamiento lógico siempre pasará por responder a la pregunta: ¿Desde dónde el embrión es considerado un ser humano? y por ende desde dónde inician sus derechos individuales, la pregunta seria es: ¿Si es ilegal e inmoral matarlo cuando el feto ha salido del útero por qué no debería serlo cuando aún está dentro? entonces ¿cuándo el feto se convierte es ser humano? acaso es cuando respira el aire del medio ambiente al salir de la matriz o cuando lo tocan las manos del médico que lo recibe, o será que lo que nos hace seres humanos es nuestro registro en la alcaldía de turno, hay posturas científicas sólidas que el embrión no es tan solo un ser humano en potencia sino que desde su concepción el embrión ya es un ser humano concreto, único, irrepetible, tan real que tiene la posibilidad de llegar a ser un feto, un niño, un joven, un adulto y un anciano, si consigue recorrer el camino de la vida sin interrupciones bruscas, sin que la muerte accidental o provocada anule sus potencialidades.
No veo adónde pueda estar el fundamentalismo religioso o el retraso al pensar de esta forma, no encuentro razones de peso que me permitan estar de acuerdo en separar los derechos individuales entre un bebé dentro del útero y el bebé fuera de este, no veo moral y correcto considerar que el ser que vive afuera si deba ser protegido por la ley a no ser asesinado pero el ser que vive dentro no.
El filósofo Lane Craige lo explica así: “La problemática de fondo sobre el aborto es si crees en la humanidad del feto o no, si el feto es un ser humano entonces es asesinato y está mal, y si no crees en la humanidad del feto sino que solo es una bolsa llena de químicos entonces no estarías cometiendo un asesinato, pero me parece increíble pensar que un bebé de ocho meses de gestación que si nace prematuramente sobrevivirá no es un ser humano, tan solo porque estará ubicado geográficamente en el útero en vez de afuera del útero”
Lo que los pro aborto estarían diciendo no hace sentido, y es que el embrión no sea reconocido ser humano a las 2 de la tarde pero si a las 3 de esa misma tarde, y no se necesita esgrimir un versículo bíblico para considerarlo ni si quiera necesitas creer en alguna deidad la razón permite generar argumentos para pensar que este feto tiene derechos fundamentales e individuales y que no pueden ser violados sin suficiente justificación, la razón también dice que probablemente si la vida de la madre fuera tomada por llevar al bebé a termino lo que los médicos estuvieran haciendo al tomar la vida del bebé fuera moralmente justificado ya que su objetivo primario es salvar una vida no matar una, en todo caso estos representan un número insignificante de abortos que se realizan hoy día comparados con los electivos o retroactivos, el problema sobre legislar a favor de esta causal entonces no es amoral desde mi punto de vista, pero si deberá ser cuidadosamente reglamentado para evitar que sectores con fines políticos o económicos a favor del aborto pretendan usar este instrumento para dar viabilidad a otras circunstancias con fines perversos.
El aborto es un tema que se tiñe desde las esferas de la moral, la ética, la biología, la filosofía y otras ciencias sin dejar de lado los grandes intereses económicos y políticos que sobre el existen, me parece terriblemente reduccionista y maliciosamente interesado plantear que la oposición a la despenalización del aborto es solo desde la visión cristiana, si concedo que existe fundamentalismo católico y evangélico y que este en muchos casos distorsiona la razón, pero igual o peor lo hace hoy en día el fundamentalismo activista aquel que siguiendo agendas políticas tiene una urgente necesidad en justificar el pago de millones de dólares en ayuda a ong’s hipócritas y falsas que hacen un gran negocio del aborto, el abordaje honesto de este tema otra vez debe pasar como principio lógico por responder dos preguntas:
1) ¿Tienen los seres humanos valor intrínseco?
2) ¿El feto en desarrollo es un ser humano?
Creo que en la primera pregunta la mayoría estaremos de acuerdo que es si, ya que los seres humanos no somos un medio para un fin sino somos un fin en si mismo ya que tenemos valor a pesar de las circunstancias, en cuanto a la segunda pregunta está el dilema y el razonamiento si es lógico o no pensar que un bebé de ocho meses de gestación que si nace prematuramente sobrevivirá no es un ser humano tan solo porque estará ubicado geográficamente en el útero en vez de afuera del útero”
En todo caso discutir ampliamente las razones que podrían justificar tomar la vida del bebé cuando la madre está en eminente y comprobado riesgo de morir me parece necesario, pero cuidado con las posturas progresistas que lo quieren reducir a que la oposición del aborto es única de “fanáticos religiosos con mentes retrogradas” como escuché a alguien decir recientemente pero a la vez ocultando, por ejemplo, los oscuros negocios detrás de la legalización del aborto como las aborrecibles y conocidas prácticas de Planned Parenthood organización acusada de vender y traficar los órganos de los fetos abortados(1). ¿Cómo es que estas organizaciones aseguran que los fetos no son seres humanos pero de repente se toman estos para venderlos como investigación humana?
Que no nos confundan estas organizaciones con su agenda política, y si bien las posturas pro vida y que se oponen al aborto en cualquier circunstancia pueden ser contra argumentadas estas no son solo religiosas o extremistas, también tienen sólido sustento en la ciencias duras, en la ley natural y la razón, como dijera el filósofo y ateo españolGustavo Bueno «Legalizar una ley de aborto es un síntoma claro de la corrupción ideológica y práctica de una degeneración democrática, el aborto no es un progreso mas bien es un retroceso reaccionario, la vida de ese hijo que tiene ya una identidad singularizada no tiene nada que ver con que otra persona, aunque sea su madre, lo desee o lo deje de desear. ¿Y qué le importa al germen, al embrión, al feto, al infante, que tiene una vida individual propia y autónoma respecto de la madre, el no haber sido deseado por ella? ¿Acaso puede un hijo asesinar a sus padres porque no desea tenerlos. El proyecto de ley sobre el aborto, con los fundamentos que para ella nos ofrecen sus defensores, manifiesta un gravísimo estado de corrupción ideológica de los dirigentes de la democracia realmente existente»
Así que si, podría ser ateo y estar en contra con sólidos argumentos sobre la mayoría de causales a favor de quitarle la vida a un ser que tiene derechos individuales intrínsecos, y sobre los cuales nadie debería decidir.