Desde la perspectiva social El Salvador se encuentra asechado por una vorágine de violencia que ha logrado alcanzar a todos los sectores de la sociedad, violencia combinada con intolerancia, represión, ajuste de cuentas, peleas territoriales, no pago de la “renta”, historias de desamor, defensa propia, supervivencia, feminicidios, masacres, barbaries, y toda una serie de crímenes perpetrados por malos y por buenos que en su afán de justicia terminaron siendo malos, nos ha permitido agenciarnos el primer lugar en la lista de los países más violentos del mundo.
En busca de una explicación y solución a esta problemática se han desarrollado una serie de planes y estrategias desde aparatos estatales, locales, sectoriales y de toda índole, presentado documentos, abierto comisiones, realizado actividades y promoviendo con todas ellas la tan anhelada paz, que al final de todos estos esfuerzos se sigue en la búsqueda; en una sociedad polarizada donde el fin no justifica los medios, y donde nuestra historia ha demostrado ser un país que ignora los procesos, que la previsión no es una primera opción y que la reacción es el día a día, todo esto da apertura para una serie de cuestionamientos con la finalidad de encontrar una respuesta que nos ayude a entender los lineamientos de Dios para mundo respecto a la paz.
En una reciente entrevista con el Superintendente de las Asambleas de Dios, Pastor Jeremías Bolaños plantea que “La humanidad necesita tener un encuentro con Jesús, las personas necesitan cambiar su esencia y su identidad, es decir; darle espacio a Cristo como su único y suficiente salvador personal. Muchos buscan respuestas a los planes perfectos de Dios en lugares equivocados o buscan llenar el vacío que tiene en su corazón con cosas vanas. A veces la paz no significa ausencia de conflictos, sino también la paz en el corazón. La familia unida es otro factor que contribuye al ambiente de paz en la sociedad, solo es cuestión de recordar que la familia es la base de la sociedad y si el núcleo familiar está girando en torno a Jesús su paz les inundará y por ende traerá consecuencias gratas y esperadas para el país, expresó.
Pero en manos de quién recae esta responsabilidad…
Los predicadores, los cristianos, los periodistas, la familia y sobre todo aquel pueblo que sabe que debe buscar a Dios de corazón. Sobre todos los que anhelamos un país diferente; sobre todos y cada uno de nosotros ¿Estamos haciendo nuestra parte? Acoto el Pastor Bolaños.
¿Tiene El Salvador una reserva moral como para levantarse y convertirse en estandarte?
La reserva moral del país deberían ser los líderes y los que están en puestos de gobernación, es decir; todos los que están en un puesto de liderazgo no solo espiritual o religioso sino en lo secular.
Lo primero que debemos buscar es la paz y armonía individual principalmente. Además una vida moral integra ante Dios para poder ser ejemplo a los demás y por supuesto que esto genere un impacto en la parte secular de la sociedad salvadoreña.
¿El evangelio aplica solo para la vida espiritual o repercute en la vida social?
El evangelio de Cristo repercute en todos los ámbitos en donde un hijo de Dios se movilice. Primero lo que la sociedad necesita es un cambio personal que sólo puede generarse en sus vidas cuando haya una trasformación en el corazón. Mientras el corazón del hombre este lleno y ocupado en cosas vanas, difícilmente se podrían ver cambios en la sociedad salvadoreña, concluyó
La Iglesia Evangélica no es un sector que se ha librado de la ola de violencia que impera en El Salvador, en su seno a sufrido una serie de bajas que han sido catalogadas en diversas ramas según el tipo de muerte pero al final producto de la mismo índole de maldad, casos que por respeto a los familiares y cuidado de los mismos se omiten sus nombres, el secuestro de un pastor que fue encontrado al interior del país sin vida, un co-pastor que fue acribillado a balazos, un músico joven que fue raptado y por no querer ingresar a una estructura criminal fue perpetrado, muchas iglesias en este últimos años se han vestido de luto y han tenido que darle un adiós de esta vida a alguno de sus miembros en circunstancias que no son las naturales
Ante todo esto ¿Ha prometido Dios protección total a sus hijos? Al consultar al respecto a Julio Contreras pastor de la Iglesia Vida Nueva explicó que no. Mientras estemos en un mundo caído, con las consecuencias y las implicaciones del pecado, no tenemos un manto de «protección total». LaBiblia lo implica en varias ocasiones. Jesús dijo en el libro de Juan que: “Mientras estemos en el mundo tendremos aflicción…” a Timoteo se le dijo que “Los que quieran vivir piadosamente padecerán persecución…”. Los cristianos de Tesalónica oyeron que estamos puestos para las tribulaciones. La lista de referencias a las dificultades en esta vida es demasiado larga como para sacar un pasaje de contexto y afirmar que tenemos alguna inmunidad o protección total. Los cristianos tenemos la gracia de Dios para ayudarnos en el peligro pero no para evitar que este nos afecte. Comenta el pastor Julio Contreras, a continuación parte del fragmento de la entrevista:
¿La iglesia por temor se ha alejado de lugares de alto índice delincuencial?
No necesariamente. Conozco de Iglesias y ministerios que siguen haciendo con fidelidad la obra en regiones peligrosas de nuestro país.
¿Estará vigente el dicho popular con DIOS y la mara no se juega?
Dios y la mara son dos cosas totalmente distintas. La prudencia dictaque no se juega con aquello a que se le tiene temor. A Dios todosdeberían de temerle, pero no todos lo hacen. Temer a los hombres es ladecisión de cada quien; yo entiendo a quienes tienen temor en un paíscomo el nuestro. ¿Quién no lo haría?
¿Todos estos acontecimientos forman parte de sucesos enmarcados en La Biblia?
El deterioro moral y social del mundo por completo lo es. La Biblia habla de «tiempos peligrosos en los postreros días». No puedo pensar enun pasaje Bíblico que profetice lo que sucede acá en El Salvador demanera específica.
¿Puede la iglesia ganar con lucha espiritual el territorio nacional?
La lucha es y debe ser espiritual porque el conflicto verdadero esespiritual, no es solamente social. Por cierto, no creo que estemospuestos para ganar territorios. La tarea de la Iglesia es ganar loscorazones individuales; pero no ganarlos para la iglesia, sino paraJesucristo.
¿Tiene la Iglesia Evangélica estrategias para transformar este país?
Obviamente no puedo hablar por la Iglesia evangélica como un todo. Sípuedo decir que debe ser la tarea de cada congregación llevar elevangelio -el poder de Dios- a cada salvadoreño y el podertransformador personal de la Palabra a cada uno que se llama creyente…Igualmente es deber de cada congregación apoyarse mutuamente en tal
tarea cuando sea posible.
¿La desunión en la Iglesia Evangélica abona a un clima de paz?
Creo que cada quien entiende el término «desunión» de manera distinta.La Iglesia Evangélica no es un ente, ni una entidad; nunca lo ha sido y no creo que tiene por qué serlo. Si la pregunta es si habría máspaz en El Salvador si la Iglesia se volviera un ente, me inclino apensar que no sería así. La fuerza de los cristianos en la historianunca ha dependido de la unidad de las iglesias, sino de la profundidadde la fe de los creyentes y de su compromiso individual con Jesús y supalabra en vidas que representen a Jesús de lunes a sábado y nosolamente en los cultos de los domingos. El día que eso suceda, creoque los cristianos sí contribuiremos a una patria diferente. Sinembargo, que todos los demás no lo profundicen su fe llevándola a lapráctica en el diario vivir no quiere decir que tú o yo no podamos hacerlo ¿o sí?
Es común ver que la mayoría de personas anhelan la paz en el país. Muchos están cansados del entorno en el que deben movilizarse sin embargo, la lucha de cada personas como bien se plantea debe ser en individual y en colectivo. ¿Queremos ganar almas? Salgamos a las calles a predicar el mensaje de salvación. ¿Queremos paz para nuestro país? Tomemos nuestras armas espirituales como cristianos, seamos valientes y esforzados. Dios quiere que tomemos nuestro lugar. ¿Qué pensamos hacer?