POR JULY DE SOSA
Recientemente participe en un diplomado acerca del comunitarismo, liderado por la Universidad Tecnológica de El Salvador-UTEC, en alianza con la agencia de cooperación Internacional de Israel MASHAV. Culminando la enseñanza con un evento en la comunidad de la Málaga del barrio Santa Anita, en el cual participo gente de la comunidad y las diferentes instituciones participantes del Diplomado; en el proyecto se puso por obra el “comunitarismo” que enseña a trabajar todos juntos y no solo unos cuantos; dicho de otra forma…Trabajar con la gente y no para la gente. El evento buscó lograr acuerdos y aportaciones, en pro de la comunidad. Durante el desarrollo del trabajo realizado comprobé que lo puesto por obra fue el principio Bíblico que cita ¿Andarán dos juntos si de acuerdo no estuvieran? Durante la capacitación se nos enseñó la ruta a seguir que de cumplirla garantizaría la ¡victoria! Tal y como sucedió. Ciertamente el simple hecho de ponernos de acuerdo participando todos juntos sumó bienestar a esa comunidad. Lo que me recordó que al igual que se necesitó seguir y respetar un manual con reglas y límites para que dicho proyecto funcionara. De igual forma para que los proyectos de nuestras propias familias funcionen, necesitamos seguir el manual por excelencia que Dios proporciona a todo aquel que decide no seguir su propia ruta sino más bien, la ruta trazada en las santas escrituras, de las cuales el salmista dijo: ¡lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino! Definitivamente si ignoramos la luz de sabiduría que Dios nos da para lograr acuerdos y tomar decisiones acertadas, nuestros pies resbalaran en error. Esto debe hacernos prestarle la importancia que tiene el hecho de darle el lugar principal a Dios dentro de nuestro hogar, siendo esto lo más importante en lo cual lograr acuerdo con los que compartimos techo. Dios repartió a padres e hijos, dones y responsabilidades, especificas a cumplir, dentro de nuestra “familia” para cosechar de esa vida juntos ¡Victorias!
Para nadie resulta fácil lograr acuerdos, ciertamente se necesita trabajar en conjunto con la paciencia, respeto, y aceptación, para lograr ejercer comunitarismo. Los padres debemos aprender que nuestros hijos merecen el mismo respeto que demandamos de ellos, al igual que necesitan de nuestros oídos y empuje para que logren sus propios sueños y metas. Y Los hijos son los llamados a aprender a respetar la autoridad de sus padres, porque escrito esta “honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen en la tierra.
Dios revela en su palabra el acuerdo que busca de nosotros, para que nos valla bien, y nuestro paso por la tierra sea de provecho; como también revela que las reglas, cumplen su propio propósito de bienestar para todos, porque todo a lo que Dios puso viñeta de “NO” es para nuestro propio bien, y no para nuestro mal. Tomemos ejemplo de la relación que Dios desea con nosotros y juntos en familia tomemos acción y decisión para puestos de acuerdo resolver nuestros problemas y trabajar en pro de nuestra familia, sirviendo de inspiración a otros, ya que entre nuestras responsabilidades están ser sal y luz en esta tierra.
¿Qué le parece si usted habla con su familia acerca de este tema y puestos de acuerdo comienzan a practicar comunitarismo en casa?
¡Feliz y muy bendecida semana para todos!