Hace unos días estaba concentrado en la solución de una emergencia, requería de mucho análisis y tiempo para lograr resolverlo de la manera correcta, en ese imprevisto y después de largas horas tratando de encontrar respuestas descubrí algo importante, la pieza que faltaba era la salida a la situación.
Aunque en ese momento solo era un documento el que faltaba y al encontrarlo o recordarlo resolvía todo, comprendí que eso es lo que nos pasa a muchos en la vida, nos falta algo y no estamos conscientes.
A muchos aquello que les estanca se llama falta de perdón, caminan por el mundo sobre la calle de la amargura atados a circunstancias que marcaron su pasado y les afectan en el presente y por más que intentan no logran ser felices y no se dan cuenta que la pieza que les falta ordenar se llama perdón.
Hay quienes viven huyendo de todo, en lugar de convertirse en padres salen huyendo, se les presentan las oportunidades y las rechazan por no considerarse capaces, cuentan con grandes ideas pero siempre viven trasladándoselas a los demás, nunca dan el primer paso, siempre viven a la sombra de otros, y cuando todo termina se preguntan ¿Qué hice mal? Fácil la pieza que falta se llama responsabilidad.
Otros viven en una espiral de pobreza que no logran romper, unos pasan culpando al sistema, otros criticando a los ricos, y los más perdidos creen que así nacieron y así van a morir, no se dan cuenta que son esclavos de sus hábitos, políticas de consumo erróneas, malos administradores de sus recursos, creen no tener nada en lugar de explotar aquello que tienen, la pieza que falta se llama educación financiera.
Existen quienes emprenden con gran entusiasmo pero al primer problema abandonan su sueño, y así viven abandonando todo porque siempre encuentran dificultades, se enfocan en culpar a los demás de sus propios fracasos y como no se enfocan en superarlos, terminan siendo unos fracasados, esa pieza que falta se llama perseverancia, constancia, deben mentalizarse que está prohibido rendirse.
Hay personas que sufren de grandes dolencias físicas que amenazan con terminar con su vida y se les dan instrucciones precisas que deben seguir para prolongar sus días o suavizar su dolor, pero lejos de hacerlo continúan con actitudes nocivas, no solo se equivocan en no haberla cuidado cuando tenían buena salud sino que siguen martillando con fuerza su descenso siendo descuidados en su estado actual, la pieza que falta se llama amor propio, que no es más que cuidarse uno mismo.
A todo esto podríamos agregarle una variedad de situaciones que el ser humano vive como consecuencia de no ordenarse en todo, usted estimado lector tome un momento y piense qué pieza es la que hace falta para completar el rompecabezas de mi vida.