POR JULY DE SOSA
Ciertamente la vida es un regalo de Dios con fecha de caducidad, el Salmo 90:10 dice: Los días de nuestra edad son 70 años, y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan y volamos
Para algunos, el tema de la muerte tiene viñeta de “no tocar”siendo el temor a lo desconocido la causa principal para evitar hablar acerca de esto. Lo cierto es que para los cristianos el tema de la muerte no es otra cosa que un sueño, del que pronto despertaremos en el día del SEÑOR. Esa es la esperanza de los creyentes vivos y de los que duermen.
Dios nos prestó la vida para “vivirla” y con ella la responsabilidad de gastarla o de aprovecharla. Somos nosotros mismos los artífices de cada momento en ella, reconociendo esto considero oportuno aprovechar nuestra estancia en la tierra para dejar huella con buenos frutos, la tarea a cumplir a diario es hacer con los hombres lo que ya hicimos con Dios “Ponernos a cuentas” perdonando sus ofensas y pidiendo perdón por las nuestras, cumpliendo así el mandato de Jesús “Ama a tu prójimo como a ti mismo”note que dice como a ti mismo, para poder amar a los demás primero debemos amarnos a nosotros mismos. Se ha preguntado usted alguna vez ¿porque el amor es mayor que la fe y que la esperanza? La palabra afirma: Si no tengo amor nada soy. De nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo y hasta el idioma de los ángeles, sino tengo amor soy como un pedazo de metal ruidoso; 1 Corintios 13:1.
La capacidad de estar a cuentas con nosotros mismos y con los demás, es el termómetro que mide la cantidad de amor que poseemos, lo cierto es que para vivir la vida necesitamos de mucho amor. El amor es la fuerza que nos mueve e impulsa a seguir adelante superando cada situación desfavorable para conquistar nuevas metas y abrirnos camino.
Dios plasmo en su palabra escrita una respuesta para cualquier duda que tengamos, excepto la fecha exacta de nuestra muerte. Pienso que con el propósito de que vivamos cada día como si fuera el último haciendo todo aquello que nos da felicidad y satisfacción, desechando todo rencor, dolor, odio, impotencia, envidia, frustración y cualquier otro tipo de veneno que roba plenitud a nuestros días.
Así como no se nos revela el día de nuestra muerte, no se revela el día exacto de la segunda venida de Cristo. Y en su voluntad y poder ese día podría ser hoy. Lo que significaría que este momento seria nuestra última oportunidad para hacer lo bueno delante de Dios antes de partir.
Dios nos ha prestado la vida con un propósito especial para cada uno de nosotros, y uno en común, hacer su voluntad para vivir libres de vergüenzas y no volver hacer esclavos del pecado. Disfrutando al máximo ese aliento de vida en nosotros.
¿Qué le parece? si vivimos este día como si fuera el últimoactivando nuestro amor propio y el amor que probablemente estemos debiendo a nuestro prójimo.
¡Shalom!