En cierta ocasión, un Pastor dijo a sus líderes de evangelismo: «Vayan a predicar y, si es necesario, hablen» Esto nos enseña que podemos hablar mucho, pero con una sola acción echamos a perder todas las palabras; pero también podemos hablar muy poco y con nuestro comportamiento edificamos la vida de quienes nos rodean.
El hogar es el primer lugar en el que predicamos, y más que con palabras, lo hacemos con nuestras acciones. Solamente basta con poner un poco de atención y verá que los hijos y la esposa repiten palabras y conductas de papá. Cuando en el restaurante tratamos de mala manera al joven que atiende la mesa, lo más seguro es que los hijos igualmente tratarán mal a quienes les sirvan. Es increíble, pero en la escuela los profesores se esfuerzan por lograr el aprendizaje de los alumnos; mientras que en casa, los padres solo necesitan modelar para enseñar. Así sean buenas costumbres o actitudes negativas, el modelaje es muy efectivo para lograr enseñar en casa.
Si diariamente vivimos con Jesús, lo más seguro es que aprenderemos todos de su ejemplo, de su carácter y de su amor. La palabra de Dios dice que: «La cabeza de todo hombre es Cristo (1 Corintios 11: 3)», y esto significa que todo hombre que se deja gobernar por Jesús, tendrá la sabiduría, la paciencia y el amor de Dios para brindar a quienes lo rodean. Para tener un matrimonio firme y estable, es necesario ceder el gobierno de nuestro corazón y de nuestro hogar a Jesús, porque el matrimonio es para toda la vida.
Aníbal y Lucy Arauz
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