Por: Carlos Hernández/ Pastor
Juan 12:1-8. Jesús entra a la última semana de su vida como ser humano, durante esta Pascua será crucificado. Ya Caifás ha reconocido que no le importa Dios, sino el Templo. El lugar, para Caifás, es más importante que el mismo Dios a quien supuestamente está dedicado el lugar; y, si para conservar su estatutos, su estilo de vida, hay que asesinar al Mesías; esto es preferible, pues los ojos de Caifás, aunque parezcan religiosos, son mundanos. Caifás, no tiene ni siquiera un nombre agradable. La semana pasada nos comparamos con éste sumo sacerdote cuando identificamos que muchas veces preferimos asesinar a Cristo en lugar de cambiar nuestras prioridades, negocios, pasiones y vicios, preferimos continuar con nuestra vida, auto engañándonos, manteniendo una falsa religiosidad.
Una de las estrategias preferidas del diablo es el disfraz. ¿Qué tal, si el desprecio por Jesús fuera menos ofensivo, pero igual de destructivo? ¿Qué tal si en lugar de llamarnos Caifás, nos llamáramos Martha, María o Lázaro de Betania?
LAZARO, EL AMIGO. Uno de los tipos de personas, en relación a Jesús, más peligrosos son los simpatizantes (Mateo 7:21-23). Éstos suelen llamar a Jesús: “Señor”, “amigo”,“hermano”, usar vocabulario religioso, haber experimentado hasta milagros y ser invitados especiales al lado de Jesús, como en esta cena organizada por otro sanado; Simón el leproso, (Marcos14:3); Las Iglesias están llenas de este tipo de personas y desgraciadamente los ministerios de evangelismo son responsables de fabricar a esta clase de prosélitos que sólo estar agradecidos con Jesús, pero no desean ser discípulos, no pueden sujetarse a la voluntad de Dios. Para este tipo de personas Jesús es sólo su “único y suficientesalvador personal”, pero no es el Señor, dueño ya amo de sus vidas. y Satanás, está satisfecho con este engañoso tipo de vida religiosa y con los pastores y ministerios de evangelismo que jamás entendieron Romanos 10:8-9.
A Jesús se le confiesa como Señor, no como salvador, la salvación es el resultado de haber nacido de nuevo, de ser ahora gobernados por Jesús, y vivir para el Reino de Dios. Para lograr lo anterior no basta con una oración emotiva, debe haber arrepentimiento y ser discipulados, pues la orden de Jesús no fue “Ganar Almas” sino Hacer DISCIPULOS. (Mateo 28:16-20).
No seas un Lázaro, agradecido, se un Discípulo.