POR JULY DE SOSA
Muchas personas acostumbran a hablar con su almohada y buscar respuesta allí, porque consideran mucho más fácil esa opción que hablar con alguien acerca de lo que sienten y de lo que esperan. En algunas ocasiones yo he abrazado a mi almohada mientras le hablo a mi alma tal como lo hacía el rey David, cuando estoy necesitada de paz, en mí alma ya que es allí, de donde vendrán los sentimientos que mostraré, o esconderé a vista de otros. Es ¡Increíble! El beneficio que experimentamos al hablar con esa parte de nuestro interior, ya que a menudo la descuidamos permitiendo que entre en ella pensamientos que nos incapacitaran a actuar en pro de nuestro propio beneficio, dando paso al maltrato de otros que tarde o temprano nos debilitaran en nuestro espíritu. Existen muchas enfermedades que provienen de nuestra alma y nos auto destruyen lentamente, que de no asistirlas terminaran con nuestra calidad de vida y hasta con nuestra existencia. Entre las enfermedades del alma están la amargura, el desanimó, el orgullo extremo, la antipatía hacia otros, y todas juntas nos llevarán a la tan temible “depresión” que es igual a decir tristeza profunda, decaimiento de ánimo, bajo auto estima, perdida de interés en lo que nos rodea, y disminución de las funciones psíquicas.
Muchas son las personas que la padecen y llenan sus vientres de pastillas para salir de ese estado en su alma, ignorando que en su interior está la medicina y esta no puede ser suministrada por alguien más sino por quien la padece, dicho de forma más clara la cura de la depresión radica en nuestro propio interior y se activa con nuestra propia voluntad, es por eso que debemos esforzarnos para no perder esa voluntad, y eso solo lo conseguiremos guardando nuestra relación con Dios en todo tiempo… Solo en Dios halla descanso mí alma; de él viene mi salvación
(Salmo 62:1)
Todos en algún momento pasamos o pasaremos por una situación que pensamos no resistiremos. Pero eso solo es un engaño y será decisión de cada uno creerlo o no. Tomando en cuenta que las santas escrituras declaran que no nos sobrevendrá ninguna tentación que no sea humana y que Dios es fiel en darnos junto con la tentación la salida para que podamos soportar. (1Corintios 10:13) Este versículo es nuestra esperanza de que por muy difícil que sea el camino que tendremos que pasar. Pasaremos triunfantes por el. Porque no vamos solos Dios esta con cada uno de los que le amamos y confiamos en su amor y poder a favor nuestro.
Definitivamente yo no se que tan beneficioso es hablar con nuestra almohada, el beneficio que conozco es el de hablarle a mi alma y recordarle todo el amor y paciencia que Dios ha tenido conmigo desde que decidí seguir la senda que dejo para mí y para todo aquel que quiera seguirle por amor y no por religión.
Con almohada o sin ella, cuando necesitemos respuesta, confort y paz; creamos y declaremos al igual que el salmista. “Espero al Señor lo espero con toda mi alma; en su palabra he puesto toda mi esperanza” Salmos 130:5.
¡SHALOM!