Todos en algún momento hemos experimentado el fracaso en alguna área de nuestra vida. En lo personal me ha pasado cuando he confiado solo en mis fuerzas y capacidad, antes de confiar en Dios y en lo que él puede hacer a favor mío. Considero que lo mas peligroso del fracaso es quedarse paralizado, porque esto nos desanima y detiene nuestros pasos a las victorias que Dios quiere darnos y para las cuales nos ha provisto de dominio propio y del conocimiento de su palabra. En la fragilidad de nuestra condición humana, resulta fácil desanimarnos hasta con la decisión de vivir una nueva vida en cristo, por lo borrascoso que pueda tornarse el camino con situaciones en las cuales nuestras fuerzas declinan ante un problema como un divorcio, escases económica, hijos desobedientes, falta de empleo, y hasta problemas dentro del ministerio en el cual servimos en nuestra iglesia. Es justo en estos momentos cuando debemos de recordar el consejo de Dios en Filipenses 2:13 Dios es el que en vosotros produce el querer como el hacer. Según el pasaje Dios “produce” en nosotros la voluntad que necesitamos para seguir avanzando, el desanimo es el resultado de “no querer seguir dando la lucha en algo o por algo” sin embargo el pasaje declara que es Dios mismo el que produce el querer en nosotros; sabiendo esto, lo primero para recobrar el ánimo y superar el fracaso es acercarnos a Dios para pedirle que produzca el querer en nosotros, para renovar fuerzas y continuar nuestra carrera por la vida que no debe de ser una carrera de velocidad, sino más bien de resistencia. Otra causa por la que experimentamos fracaso o desanimo, es la toma decisiones con prisa, sin antes disponer un tiempo para orar y esperar la confirmación de Dios para evitar una equivocación que tildaremos de fracaso. Sabiendo que la vida no consiste en obtener de inmediato lo que deseamos, es como entendemos que la vida no es una carrera de velocidad, sino de resistencia; entonces busquemos en Dios la capacidad de resistir en la afirmación de Proverbios 24:16 Siete veces cae el justo y vuelve a levantarse. Dios nos provee de resistencia para que en la caída nos levantemos en sus fuerzas y no en las nuestras, debe de ser por esto que Pablo declaro “cuando soy débil entonces soy fuerte”.
¿Esta usted desanimado a causa de un fracaso en su vida? Acérquese a Dios quien es el que produce en usted la motivación que necesita para hacer. Y provee la resistencia para lograrlo. Dios le ama y ha decidido extender de su gracia sobre usted.
¡Sacúdase el fracaso y desanimo y siga avanzando, recordando que todo lo puede en Cristo que le fortalece!
SHALOM