La paciencia es una característica, a desarrollar cotidianamente, lamentablemente nuestra sociedad cada día se vuelve más violenta; lo que hace más difícil lograrlo. Es la impaciencia la que brilla en las diferentes relaciones, en casa de padres con hijos o entre cónyuges, entre novios, amigos, compañeros de trabajo, en filas de bancos o supermercados, estacionamientos o semáforos, encada lugar y tiempo, sin importar que sean las primeras horas del día o las últimas. De cara a esta realidad considero necesario que todos hagamos un alto para revisar como están nuestros niveles de paciencia, y comenzar a practicarla. Las santas escrituras declaran en el libro a los Gálatas que la paciencia es un fruto del espíritu y no de nuestro cuerpo. Esto es suficiente para entender que para desarrollarla es necesario alimentar nuestro espíritu con el conocimiento de Dios disponible para todos en las páginas de la biblia. En ellas, además, del conocimiento también encontramos ejemplos de personas que lograron grandes victorias con el simple hecho de activar la paciencia. Como fue el caso de Ester una joven huérfana que llego a ser reina y estando en palacio libro a su pueblo judío de un extermino total, ella uso la paciencia para llegar al corazón de su esposo y desnudar las intenciones de Amán siervo del rey, que pretendía acabar con los judíos. Por nuestra naturaleza humana la mayoría pretende arreglar las cosas con el uso de la fuerza física, alzando la voz o amenazando. Antes que dar lugar a un dialogo comprensivo. Cuando tomamos conciencia de que unos minutos de paciencia pueden librarnos de un daño. Es cuando nos esforzamos por buscarla en nuestro interior y desarrollarla, renunciando a ser parte en el problema de intolerancia, causa, mayor de discriminaciones, relaciones deterioradas, homicidios, etc. Muchas son las personas que por dar rienda suelta a la intolerancia hoy purgan una condena encerrados y separados de sus seres queridos, y otros yacen en un cementerio.
Ciertamente la paciencia es muy importante para lograr avanzar. Este atributo se vuelve necesario para aprender a vivir largos días llenos de tranquilidad y paz para con todos y para con uno mismo.
Personalmente considero que la paz de un país es responsabilidad de todos, y todos sin necesidad de formar parte en las filas del ejército, podemos trabajar para una sana convivencia con el simple hecho de poner en práctica la paciencia.
¿Qué le parece si todos los días usamos la impaciencia de otros como reto, para desarrollar la paciencia que está en nuestro espíritu? Y contribuir así, al cambio que a gritos demanda el mundo entero.
Ser paciente es mejor que ser valiente. Es mejor dominarse uno mismo que tomar una ciudad. (Proverbios 16:32)
¡Shalom!