La gran mayoría suspira profundo al recordar épocas pasadas. Años que quizá fueron más cómodos, emocionantes y de gratas experiencias. Pero lastimosamente pasaron, y la cruel realidad de saber que no volverán, castiga la proyección de los recuerdos en la memoria de los que suspiran por el ayer.
La verdad es que, esos años tenían ingredientes que ahora no se usan. Como lo es, la total gratitud, la cual te conduce a la celebración. No es lo mismo dar gracias que estar agradecido. A veces darle gracias a Dios se convierte en un cumplido o un lindero habitual de cortesía en tus oraciones, que con envoltorio de rutina y monotonía se la ofreces cada día. Así que para que tus días mejoren, debes mudar las gracias por un sentimiento autentico de gratitud y acción de gracias. Pero si ya no te importan los días que pasan ni como los vives ni con quien los vives, has entrado al desinterés de la vida, y sin darte cuenta, vives desagradecido con el mismo Dios que permitió episodios hermosos en los pasados años. De seguro el envejecimiento vendrá y avanzará rápidamente por ausencia de sonrisas e inspiración que cada mañana deberías de demostrar.
Otro ingrediente que endulza tu calendario es la toma de riesgos. Si recuerdas, muchas de las buenas experiencias que viviste en esos años que llamas maravillosos, fue la emoción y la adrenalina de vivir y hacer cosas por primera vez. Si ya no haces cosas nuevas se terminó el interés de vivir la vida. tus semanas, tus meses y tus años los vivirás a blanco y negro. Nada se moverá de su lugar, serias un piloto automático, un rutinario simple y vivirás como ermitaño en tu propia cueva solitaria.
Levántate, sacúdete el polvo y vive nuevas aventuras que harán de los nuevos años una mejor temporada. Hay muchos lugares por conocer, nuevas amistades por construir, multitud de sonrisas que provocar, miles de platillos por probar y nuevas alturas por alcanzar.
La brillantez de tus días no dependen de las cosas, la salud o las facilidades que antes tenías. Cada una de las dificultades presentes o limitaciones actuales, simplemente le ponen más sabor al festín. A Dios le parece que ningún día se repite porque es nueva cada mañana. A veces el único que piensa que vive días comunes y corrientes eres tú.
A continuación, considera los gigantes que debes de vencer para que los nuevos años sean más maravillosos que los pasados.
La nostalgia
No le des protagonismo a la tristeza, ni a los suspiros. Cada vez te harán descender más y más en un espiral de depresión.
Hay páginas que debes de pasar, cicatrices que debes de sanar y malas experiencias que debes de superar. Es bonito recordar lo mejor de ayer, pero se vuelve una tortura querer hacer que vuelvan a suceder. Dios tiene para ti, días nuevos, los demás pasaron, y los días que vienen pueden ser mucho mejores. La nostalgia te debe de ayudar, no deprimir. Ella debe de ayudarte a elaborar inventarios para evitar cometer errores pasados, pero no permitas que te añada culpa por lo que se echó a perder.
La nostalgia debe de ser gobernada. Simplemente te visita para recordarte de lo que fuiste capas y te reta a ser mejor que ayer.
Las fotografías te desafían a crear nuevas, no a llorar sobre ellas. Por eso Dios nos dio un consolador, para superar lo insuperable y para alcanzar lo inalcanzable.
La ausencia
Como dije anteriormente, hay personas que ya no están en tu vida. pero hay muchas que te acompañan en el ahora. No desestimes a los que aun te rodean por sobrevalorar a los que se fueron, porque echarás a perder la bendición de disfrutar a las personas que te ha regalado Dios hoy.
Si bien es cierto, hay personas que ya no están en tu vida y que en esos años que pasaron estuvieron, pero estas tú. Y al final, esos ingredientes de dicha, placer y felicidad aún siguen disponibles, solo que NO has estado interesado en volverlos a integrar en tu calendario.
De ti de pende, que los siguientes 10 años sean los más maravillosos de tu vida. así que debes de superar las ausencias y disfrutar la presencia de los que están presentes. Si crees que una persona muy importante ya no está y que es imposible de sustituirla, estas en lo cierto, no hay nada ni nadie que pueda sustituir a las personas amadas, porque Dios hace gente única. Pero también recuerda que esa misma importancia e institución la sienten otros por ti hoy. Tu eres importante e insustituible en la existencia de otros, así que lo mínimo que debes de hacer es gozar con ellos mientras sus presencias te ayudan a superar las ausencias que otros dejaron en tu vida.
Los años maravillosos comienzan para ti a partir de hoy si así lo decides. Vive al máximo cada día y cuéntales a todos las maravillas de Dios en tu vida.
“ …Los ojos de Jehová tu Dios, siempre están sobre tu tierra, desde el principio del año hasta el fin” Dt 11:12.
Pai Otoniel Alvarado.
Casa Emanuel para todas las Naciones