La primera semana del nuevo año ha finalizado ya, y hubo quienes la aprovecharon y otros solo la vieron pasar. Es mi deseo motivarle a que invierta unas horas del tiempo nuevo que se respira rebosante de esperanza, diseñando su propia estrategia a seguir para alcanzar metas que sumaran a su crecimiento integral, lo que le permitirá superarse personal.
Para esto, considero propicio recordar que del mismo modo como en nuestros tiempos de estudiantes, el primer día de clases contábamos con cuadernos en blanco listos para escribir en ellos nuevo conocimiento y nuevas tareas a realizar a lo largo del año escolar. Hoy en nuestra etapa de adultos también debemos de tomar consciencia de que estamos frente a la maravillosa oportunidad de escribir una historia diferente a lo largo de este año que recién estrenamos, aunque no en cuadernos sino en nuestra hoja de vida que marcará un antes y un después, o más de lo mismo. Uno de los conocidos dichos populares cita “los tiempos no cambian son las personas las que cambian con el paso del tiempo” lo lamentable de esto, es que en la mayoría de los casos cambiamos para mal y lo que es peor, muchos se acomodan a ese estado mientras se estancan perdiendo la motivación por la superación personal, y luego esa falta de visión les imposibilita contestar la interrogante ¿Cómo puedo ver resultados diferentes en mi vida?
Afortunadamente los creyentes contamos con el manual de vida inspirado por Dios en el que encontramos además de la incomparable promesa de vida eterna, instrucciones a seguir para gozar de una vida abundante y en victoria ¡aquí y ahora! Y entre esas instrucciones encontramos la que nos invita a ser como la luz de la aurora que va de aumento, en aumento hasta que el día sea perfecto. Los seres humanos fuimos creados para conquistar esta tierra a la vez que nos desarrollamos integralmente. Para eso se nos proporcionó un cuerpo, alma, y espíritu. Para que al igual que Jesús creció en estatura y en gracia para con Dios y con los hombres. Nosotros también alcancemos el equilibrio en nuestra relación con Dios, con nosotros mismos y con todos los demás. El equilibrio vendrá cuando logremos que nuestra buena voluntad este en sintonía con nuestros pensamientos manifestados en hechos favorables, tales como lograr estabilidad con nuestra pareja, superación laboral, ejercer una adecuada administración en nuestras finanzas, cambiar hábitos que destruyen relaciones por los que las afirman, entre otros.
Pero no debemos pasar por alto qué, aunque nuestro es el poder para hacer cambios en nuestra manera de pensar y actuar, esto tiene un orden a seguir para ver los resultados que esperamos y en ese orden lo primero es buscar a Dios, pero no solo los domingos, semana santa y días festivos; sino buscarlo todos los días y darle el primer lugar en nuestras actividades, pensamientos y decisiones. La promesa para quienes cumplamos esto se encuentra en Mateo 6:33.
Le animo a que decida hoy, renunciar a ver más de lo mismo y se atreva a escribir una nueva historia con la búsqueda de su propio equilibrio este nuevo año y presente década, pero le advierto que tendrá que revestirse de valentía, voluntad, y decisión, para romper con patrones de conducta, dejar su zona de confort y enfrentarse a lo desconocido para conquistarlo. Marcando con esto un antes y un después en su vida sacándole mayor provecho a su caminar de la mano con Dios.
Abrace su vida en este nuevo año, esfuércese y busque su equilibrio. Dios hará su parte, pero usted, tiene que hacer la suya.
¡Todos escribamos una nueva historia!