Por: Tania Villatoro.
Hoy, después de una larga reunión de trabajo, me encuentro yo sola, en un café muy lindo, frente a la computadora y concentrada los próximos 30 minutos para poder escribirte estas palabras, después de pensar mucho en ¿Qué podría hablar?, me recosté en la silla y solamente disfrute este momento, este momento en el que me puedo tomar una taza de té “Chaí”, y disfrutar mi compañía, yo sola. Y ahora, solo quiero que respondas estas preguntas:
– ¿Hace cuánto no te miras al espejo para decirte que te amas, que estás guapísima, que eres la mejor y que vas a conquistar el mundo con tu sonrisa?
– ¿Cuándo fue la última vez que te fuiste a tomar un café sola y leer un buen libro?
-¿Hace cuánto no haces algo porque simplemente te apasiona y te hace sentir plena y completa?
Y si, hoy voy a conversar contigo de ese tema que quizás “Ya aburre” y que todas damos por sentado, por entendido y por vivido, pero luego de recibir tantos mensajes en mí página, luego de escuchar a tantas jovencitas, creo que sigue siendo muy importante.
Ok, tengo OTRA pregunta: ¿todo lo que haces en tu vida es para sentirte realizada y feliz?
O en realidad te estás moviendo con lo que dicta la sociedad. Haces ejercicio para estar en forma, en lugar de hacerlo por salud, te compras equis vestido porque es lo que está de moda o porque te hace ver radiante.
Quizás no lo notes, pero TODAS, en algún punto de nuestras vidas hemos perdido parte de nosotras en todas aquellas ocasiones en que nos pagamos un plan “mágico” para bajar de peso y vernos como las chicas que seguimos en Instagram, o cuando dejamos de comer para entrar en el vestido de la boda de nuestra amiga, hemos perdido parte esencial de nosotras, en aquellos instantes en que nos comparamos con otras mujeres, cuando llegamos a odiar alguna parte de nuestro cuerpo, o cuando tomamos decisiones solo para complacer a quienes nos rodean, nos desvalorizamos cada vez que decimos que “no podemos” que “no tenemos la capacidad” y es que en realidad, no es que no nos amemos, pero vamos, hay días que amarnos cuesta más que otros.
¿Qué concepto tienes de ti misma? ¿Te gusta lo que ves en el espejo, o corren lágrimas porque has estado determinando tu valor por lo que dicta la sociedad?
Sabes algo, tu valor no se determina por lo que dicen en las calles o lo que miraste en el espejo hoy, tu estima va más allá de tus pensamientos, porque desde hace mucho tiempo atrás tú fuiste pensada, formada por el mejor escultor del universo, tanto así que Él dice de ti que tu estima sobrepasa al de las piedras preciosas (Proverbios 31:10) sí, esas perlas súper caras que vemos en los centros comerciales y revistas y que te encantaría tener, tú vales más que ellas.
Todas aquellas cosas que no soportas de ti, son las que enamoran a las personas que tienes a tu lado, esas cualidades son las que te hacen única ante la sociedad. Es hora de que te empieces a amar y aceptar por la mujer que eres, es tiempo de cambiar todas aquellas palabras negativas que te dices y te bendigas, te afirmes.
No tengas miedo de comer con los dedos en tu primera cita, no te avergüences por llorar al ver una película (¡Díganmelo a mí!) o porque te indigna que alguien maltrate a un animal, no te sientas rara por ser la última en entender el chiste y reír a carcajadas. ¿Sabes? eso no te hace rara, eso te hace única, especial, extraordinaria.
¡Ámate, valórate! No permitas que las palabras negativas de otras personas determinen lo que eres, porque has nacido para cumplir un propósito.
Sé libre de reír, correr, bailar, ser genuina sin importar quien esté a tu lado. Sé libre de ser mujer, de hacer cada día lo que te hace femenina. No trates de encajar en un estereotipo que dicta la sociedad cuando puedes estar marcando el rumbo de la historia con tu singularidad.
Brilla, sé luz en donde quiera que andes, porque estás vestida de fortaleza y dignidad, eres virtuosa, eres sabia, eres fuerte, capaz, eres hermosa, eres mujer.