Mt 5:41 “y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos”.
Estoy seguro de que habrá muchas esposas que cuando lean este “desayuno”, se identificarán con este “modelo” de esposo. Se trata de Nabal, un hombre duro, irrevocable en sus decisiones, de malas obras, que no está acostumbrado a hacer ningún favor a nadie y de añadidura: borracho, con una tendencia a ser fanfarrón, para exhibirse en valentía con los demás, peleonero, es decir una persona que no resuelve problema alguno, sino genera más conflictos y todo lo soluciona con pleito, y como “cierre de oro” agregado,| era “bocón, y bochinchero”, normalmente hablaba más de lo que hacía ridiculizando al ausente y alardeando de sus logros. ¿Reconoces a alguien dentro de tus amistades que se parece a Nabal? 1 Sam 25: 3 “Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb”.
Nuestro amigo Nabal como todo borracho, por su estilo de responder ante las circunstancias, se metió en un problema de muerte, es decir con David, quien venía en camino a cobrar venganza y había ofrecido matar a todos incluyendo a sus criados. ¿Verdad que no parece fácil convivir con una persona con estas características? Bueno, Abigail si lo hacía, la Biblia registra a una mujer que estaba dispuesta a dar; ¡tan sólo una milla más!
Ella era hermosa como para buscarse otro esposo, pero no lo hizo, después de todo no parecía merecerla Nabal, pero ella mostraba su inteligencia, no buscó excluirse del problema de su esposo, sino uso su sabiduría, siendo diligente, no se quedó estática, sino tomo acción para ver alternativas de solución. Mostró cordura y no actuó con locura, sino reconoció el error de su esposo y decidió dar ¡tan sólo una milla más! 1 Sam 25:10 “Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores”.
Amados amigos y hermanos, cuando fui guiado por el Espíritu de Dios para este “desayuno”, me recordó cuando yo no era cristiano y viví ese calvario en mi vida llamado alcoholismo. Me parece que hay muchísimas personas las que son azotadas por esta atadura que es difícil, pero no imposible de romper. ¿Quién será esa esposa que ya desea abandonarlo todo? ¿Vas a dejar perder a tu preciosa familia? Necesitas ¡Tan solo una milla más!
Es casi seguro que, por los problemas causados por el alcoholismo de un esposo duro, reacio a cambiar ya decidiste tirar “la toalla”, y además el enemigo puso en tu corazón que tu cónyuge ya no tiene remedio. Vengo a decirte de parte de Dios: no hay ninguna persona que permanezca atada, si ella no lo permite. Tú dirás, pero; ¡él no desea cambiar! ¿Será que Dios no puede mudar su corazón como lo hiciera con el rey Saúl? 1 Sam 10:9 “Aconteció luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día”.
Tu oración es importante y urgente ante el trono de la gracia de Dios, proveer por los tuyos no sólo deben ser quehaceres de la casa, sino también ponerte en la brecha diariamente por ellos, tu cónyuge, no nació siendo alcohólico, sino es una conducta aprendida y Dios espera que alguien se ponga en la brecha para transformar el futuro de esa persona. Eze 22: 30 “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”.
Recuerda, la diferencia puedes hacerla tú, dando…
¡TAN SÓLO UNA MILLA MÁS!