El poder de la oración esta disponible para todo creyente, practicarla a diario es la fortaleza de nuestro espíritu, hacerlo únicamente en horas de tensión, peligro o necesidad, sería una insensatez. Las santas escrituras contienen relatos de personas que cambiaron la historia de naciones enteras, y otros que recibieron sanidad en sus cuerpos, que fueron resucitados, todo por el poder de la oración, el contexto de cada relato esta detallado de pasta a pasta en la Biblia y basta con escudriñarla para conocer cada uno de ellos, y todo lo que en oración podemos lograr.
La oración muestra dependencia de Dios, lo que como hijos suyos necesitamos para todo, como Jesús dijo: “Sin mí nada podéis hacer” los humanos por muy intelectuales que logremos llegar hacer, no somos dueños de nuestro destino, ni individualmente y mucho menos como nación. Aunque hay muchos que se jactan de construir su propio destino, ¿cómo podríamos pensar de tal modo? Cuando un desastre natural puede derrumbar el destino que se ha trasado. O la fuerza de un virus acabar con la existencia de millones de personas en el mundo en poco tiempo. ¿Cómo puede nuestro pueblo insistir que basta con los tres órganos del estado, poderío militar y alianzas con otros países para cambiar la historia de nuestro país El Salvador, cuando la misma historia demuestra que Dios es quien tiene en su mano el poder? Definitivamente se necesita más que eso, la nación necesita clamar a Dios, a diario con corazones arrepentidos y humillados delante de él, porque escrito esta que él no dejará avergonzado aquel que le pida con fe, haciendo esto alcanzaremos su misericordia y hará con nuestro pueblo lo que prometió al rey Salomón que haría con el suyo, “escuchará nuestro clamor desde el cielo y sanará nuestra tierra”
Hay un solo poder que puede cambiar la historia en el Salvador y el mundo entero, el poder de la oración de hombres y mujeres que creen en Jesucristo como dice la Biblia que hay que creer.
John Wesley, oro y llego el cambio para Inglaterra; Edwards, oro y llego el avivamiento a Massachusetts (EUA) la historia en muchas partes del mundo ha cambiado porque personas creyentes del poder de Dios oraron y el poder de la oración cayó sobre su tierra.
Conociendo esto, considero que es absurdo que aquí en el país que lleva por nombre El ¡Salvador! No tomemos nuestra responsabilidad todos los que nos llamamos cristianos, de orar y clamar en todo tiempo por nuestro país, de día y de noche, al acostarnos y al levantarnos; pero sin pretender ganar protagonismo u competir unos con otros; el tiempo de oración no solo lo podemos tener dentro de una iglesia o en campañas en parques o estadios, debemos aprovechar al máximo el poder de la oración todos los días, para que Dios sane nuestra tierra, convencida estoy que haciendo esto veremos mejores resultados, que continuar alzados en lucha de poder que abonan el fruto de la violencia y de la empatía en la que vivimos ahora. Porque no es con el uso de la fuerza ni con ejército, es solo con su Santo Espíritu que todos seremos ganadores.
¡Porque no hay nada imposible para Dios!