El cáncer… La palabra más tenebrosa que he escuchado con sinónimos como: angustia, dolor, sufrimiento, muerte… Sin duda me ha cambiado la vida por completo y constantemente pienso en cómo fueran las cosas si no existiera.
Pienso constantemente, cuestionándome porqué, ¿Que hice para estar enferma? Y no solo por mí… ¿Por qué los niños o la gente inocente?, ¿Con cuántas personas tiene que acabar para encontrarle un sentido?, ¿Cuánto dolor tiene que causar? A mi alrededor este tema está tan presente en mí que es imposible no verlo o pensar en ello.
Quisiera poder decirles a todos que los entiendo y que no está mal sentirse triste, confundido o enojado. Que no está mal alejarse de todos y pensar a solas. Que no está mal sentirse avergonzado o frustrado por un tiempo. No está mal tener cáncer.
Lo que sí está mal es sentirte menos por ello, cambiar lo que eres, culparse por todo lo que pasa, lastimarte de cualquier forma, no creerte capaz.
Somos gloriosos. Nuestras luchan van a otro nivel, por tanto, la victoria que tendremos es indescriptible. Está bien llorar, gritar, cansarse, pero levantémonos despacio y hagamos que todo este proceso valga la pena. Tengamos una historia extraordinaria que contar y que quede en boca de muchos para que no se olvide nunca. No importa si no eres tú quien cuente el final de la historia, que quede en ti que luchaste hasta la última gota y no solo enorgulleciste e inspiraste a los demás, sino que también lo hiciste por ti probando toda la fuerza y el amor que tenías. En cualquier circunstancia al final de todo te dirán: ¡Lo hiciste, ya estas! Porque diste todo de ti y sin duda será recompensado. La vida te devuelve todo lo que te quitó, de cualquier forma. Sé que siempre te dicen que todo va a estar bien y parece que ese día jamás llegará, puede que no lo veas justo ahorita pero solo es el comienzo de grandes cosas. Déjate moldear por el proceso, deja que tu mente vaya averiguando y contestando todas las preguntas por su cuenta. La paciencia a todo el proceso te ayuda a crear conciencia. No te dejes derrotar por el día malo, recuerda todos los motivos que tienes para seguir. Busca algo o alguien que te inspire y te haga sentir bien, aférrate a ello y eso te motivará a ponerte en pie por más agotado que estés. Las veces que te caes y te levantas son las que determinan lo que eres capaz de alcanzar. El camino es largo y oscuro, pero si nos quedamos en las tinieblas perdemos el objetivo; no permitas que el cáncer opaque tus sueños y metas. Todo pasa y aunque no hicimos nada para merecer tal sufrimiento, hemos dado todo para alcanzar esa tan anhelada recompensa y descanso. No olvides que entre más grande es la batalla, más gloriosa es la victoria.