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lunes, noviembre 25, 2024

El COVID 19 nos cambió las reglas del juego 

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Mateo 7:24-27 NVI 

»Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.  Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca.  Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena.  Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa. Esta se derrumbó, y grande fue su ruina». 

No voy a presentar los antecedentes de la Pandemia porque los conocemos de sobra. Este silencioso, imperceptible e inquieto enemigo llamado COVID 19 nos ha cambiado la manera de vivir. Déjame compartir algunas reflexiones al respecto.  

1. Cuidado con el “triunfalismo evangélico”.Según la porción bíblica presentada, el viento y la tempestad nos sacudirá a todos: “Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos…”, ¿a cuál casa?… exacto… ambas, las 2 fueron sacudidas. Una fue edificada sobre la Roca, es decir, seguidores comprometidos con la Palabra. La otra, estaba edificada sobre arena, débiles fundamentos como: promesas humanas, economía estable, un negocio próspero que ahora está desierto, el título que cuelga en la pared, ego, en fin, todos estamos siendo sacudidos, en todas partes del mundo. No te asustes ni te desanimes, pero no estamos blindados a través de los «Decretos espirituales» o «Proclamaciones de fe», y aclaro que ellos no son el problema en sí mismo, pero a veces los buenos también sufren, y no es falta de fe, de echo cuando los azotes vengan contra ambas casas  será precisamente la fe  lo que hará la diferencia.  La garantía no es ausencia de vientos y ríos,  el Maestro lo dijo: «En este mundo tendréis aflicciones», la diferencia es el fundamento, la fe, esa fe que se robustece por la obediencia a la Palabra, eso hará la diferencia, si tenemos fe,  cuando sople el viento y las aguas golpeen tendremos con que responder, pase lo que pase,  “… confiad él ha vencido al mundo”.  

2. Fortalezca su fundamento.  El fundamento definirá el resultado, no las condiciones o las amenazas externas, tampoco este virus o cualquier otro. Del fundamento dependerá todo. En nuestra iglesia leímos en voz alta el Salmo 91 con los pocos asistentes en la reunión, varios miles estaban conectados por las redes sociales, todos leímos el Salmo en voz alta… y wow… lo disfruté,

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marqué versículos claves que fueron agua fresca para este momento. Pero leer el Salmo a viva voz no es una fórmula mágica para tener la protección de Dios. Amar, memorizar, vivir, escudriñar y obedecer la Palabra con compromiso y entrega si nos llevará justo al abrigo del Altísimo y bajo la sombra del Omnipotente, y venga lo que venga estaremos listos. ¿En qué estás parado?… Es la comunión con Dios sincera y no la religiosidad lo que afirma nuestros pies en la Roca Firme para enfrentar el torbellino. ¿Cómo está su comunión con Dios? … la oración, la Palabra,  el ayuno, la adoración, herramientas certeras para robustecer las bases que sostienen todo lo demás en tiempos como este. Fortalezca el fundamento. 

No estamos de vacaciones, en realidad es un Estado de Alerta, esas cosas pasan, más de una vez en la vida, no caiga en pánico, no es necesario, pero si estamos alerta, por lo tanto, fortalezca el fundamento de su casa, ore con su familia, lean la Biblia juntos, apague por un momento el TV y ministre su casa. Estamos casi confinados a nuestros domicilios, aproveche porque siempre está demasiado ocupado corriendo de un lado a otro. Aproveche para ser un mejor padre o madre, mejores hij@s, herman@s, esposo o esposa, prepárese,  porque en los próximos días verá el rostro de su familia más de lo usual en una semana. Fortalezca los fundamentos en su familia porque el fundamento definirá el resultado, no el virus.  

3. ¿Es Jesús su fundamento?… No puedo pasar este momento sin hacerle una pregunta que exige una respuesta, una decisión,  un VEREDICTO: ¿Es Jesús el Señor de su vida?… yo se qué conoce acerca de Dios, pero esa no es mi pregunta. ¿Quiere que Jesús sea el Señor de su vida?… Pídale perdón por las faltas y déjelo que entre a su corazón ahora mismo. Si su vida está  edificada en Jesús la proyección será mucho mejor.  

Para terminar: 

– Los templos quedaron vacíos. ¿Lo puede creer?…. en El Salvador las Iglesias cerraron las puertas y la gente no pudo entrar.  Hace un tiempo entendí  que un avivamiento no vendrá por traer a la gente a los templos,  sino, por lo que haga la gente que viene a los templos cuando sale de ellos. Llegó el día en que se sacudieron las sillas del Templo para movilizar a la Iglesia. Sucedió en el libro de los Hechos, vino la persecución que movilizó la fe, hoy la iglesia se cerró para movilizar a la verdadera iglesia y que lleven el mensaje de fuerza, esperanza, paz, salvación. Para que sean sustento en medio de la crisis. Los nacidos de nuevo han sido movilizados. Además de correr al super mercado, revisar cada 10 segundos las nuevas noticias en las redes, asegurarte por que esté disponile el alcohol gel y Netflix, ¿Qué has hecho por el Reino de Dios?. 


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LOS TEMPLOS SE VACIARON… ¿Qué harás?…. no tendrás atenciones especiales, nadie te dará la bienvenida, no habrá equipo de adoración para guiarte, menos una ministración con imposición de manos y caída libre. Serás responsable de tu condición espiritual, será tu decisión adorar, leer, entender y practicar la Biblia. Estará en tus manos orar, ministrar tu familia, entregar tu diezmo y ofrenda porque ahora nadie estará al frente para persuadirte que lo hagas, será tu decisión. Toda la práctica de tu fe estará completamente en tus manos, la pregunta es ¿lo harás?…  hoy podríamos reconocer el trigo de la cizaña.  

– Estamos frente a un gran desafío de FE. Las reglas del juego cambiaron radicalmente, todos los caminos que llevan a Roma nadie los transita. New York está apagada, y hasta hay «coyotes» que cobran por pasarte para El Salvador cruzando el río. Sales menos y ahorras más, los deportes se detuvieron,  el frenesí de la vida por increíble que parezca se frenó. Me parece increíble que a principio del año hacía esta pregunta a un grupo de líderes: “¿Hay alguna razón para pensar que las cosas irán mas despacio?”… la respuesta a esa pregunta ahora sería: “Covid 19”.  Las horas se detuvieron en los centros comerciales, el cine, discotecas, bares,  música, deporte, arte, negocios, iglesias, las fronteras se cerraron, nos metimos a la casa y la palabra de moda es “Cuarentena”.  Un minúsculo e imperceptible enemigo puso de cabeza a las grandes potencias del mundo y a las no tan potencias también. Gobiernos tensos, super mercados vacíos, iglesias cerradas, comercio incierto,  ya ni dar la mano es cortesía. En horas todo cambió y no parece que estemos cerca del final, falta más, tendremos que ser fuertes y confiar. Pero por nada del mundo vayas a olvidar que aunque todo cambie,  Él permanece para siempre.  Nada lo toma por sorpresa, los escépticos, críticos e irreverentes lo culparán por enésima ocasión, siempre lo hacen, si las cosas van bien le prohíben que se meta en sus asuntos, cuando van mal lo culpan, no hagas caso, confía en Él porque puedes confiar y descansar en Él, el Señor  está preparado, no improvisa, Él es la roca firme sobre la que te puedes parar en este momento, el viento va a soplar, las aguas golpearán, por lo tanto nos pararemos sobre la roca para enfrentar este desafío.  

– Para un virus global una EVANGELIZACIÓN GLOBAL. De entre los más oscuros nubarrones resurge imponente el EVANGELIO. Es nuestra oportunidad. El Evangelio es sanidad, esperanza, paz en medio de la tormenta. Si el mundo tiene un virus en el aire, que vuele también la Palabra


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de DIos. Que se activen las iglesia en las naciones, que se capitalice la labor misionera. Como nunca los campos están listos. Si, están más listos que antes, los corazones se ablandan, la arrogancia tambalea ante la vulnerabilidad, alguien está listo para oír el mensaje y abrir su corazón, el orgullo de grandes naciones se ha quebrantado, sembremos la semilla que el Espíritu Santo haga el resto.  


Un pixel es la porción de un todo, una luz pequeña de una imagen enorme, pero solo es una luz, una pequeña. Si brilla solitaria no servirá, al lado de su homóloga su aportación es valiosa, la clave está en saber que el pixel no es la pantalla completa, es una pequeña luz de una imagen más grande.  TODOS SOMOS PARTE DE ALGO MÁS GRANDE, somos una luz no la imagen completa, si lo entendemos estaremos unidos, y la crisis se enfrenta mejor unidos. Si nos aislamos distorsionamos la imagen, y todos nos veremos mal. ¿Aprenderemos a trabajar juntos?… ¿lograremos estar unidos?… ¿podría ser la iglesia un ejemplo de unidad para el mundo, para los políticos, para el parlamentarismo distorsionado y violento?… que Dios nos ayude.  El enemigo común debe unirnos. Aporte algo, aporte obediencia a las autoridades, aporte responsabilidad, aporta alimento a los albergues, aporta sensatez, aporta paz, y además de todo eso no olvides que también puedes aportar tu FE, hazlo. 

«…pónganse de pie y levanten la mirada, ¡porque la salvación está cerca!» Lc. 21:28 NTV 

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