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viernes, noviembre 22, 2024

El desafío de quedarse en casa.

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El Salmo 133: 1 declara ¡cuán bueno y agradable es habitar los hermanos juntos en armonía!

Por la información de personas cercanas, conozco que este tiempo de cuarentena domiciliar obligatoria decretado por el gobierno central de El Salvador, y que a mí juicio es de bienestar para todos frente a la pandemia de Covid-19. Estar en casa junto a pareja e hijos, se está volviendo un enorme desafío. Seguramente porque debemos de retomar cosas que probablemente hace mucho tiempo no hacíamos, y aprender a convivir en armonía con todos los que compartimos techo. lo que para unos puede resultar más difícil que para otros, de cara a esto solo veo dos caminos a seguir en tanto dura este periodo. O desaprovechamos el tiempo en familia con una queja constante o ponemos buena actitud y compromiso, creando lazos más fuertes con Dios y con nuestra familia.

Los cristianos sabemos que todas las cosas ayudan para bien. Por esto deseo recordarle que, aunque no lo parezca esta pandemia también tiene algo bueno que podemos y debemos de aprovechar, me refiero a la gigantesca oportunidad que nos abre el hecho de quedarnos en casa, lo que permitirá compartir con nuestros seres más queridos; a la vez que minimizamos un posible contagio. Me resulta interesante que todo lo que Dios permite siempre es y será para bien de sus hijos, gracias al alto contagio se vuelve necesario cerrar nuestra puerta y esperar que la peste pase de largo. Esto me recuerda la plaga de mortandad que experimento Egipto antes de que el pueblo de Israel fuera liberado de su esclavitud, mientras morían los primogénitos de Egipto comenzando por el primogénito del faraón; Moisés y su familia, unánimes juntos adoraron y alabaron a Dios; la muerte paso de largo y el pueblo de Israel fue libertado. Ellos, aunque estaban encerrados y frente a peligro de muerte, no renegaban sino más bien confiaron en su Dios y aprovecharon el encierro para juntos en familia orar y alabar a su Dios que sigue siendo el mismo Dios para los Creyentes de hoy, razón por la cual no debemos de desesperar y paralizarnos en temor por la peste que inunda toda nuestra tierra, antes bien conviene aprovechar este tiempo para hacer iglesia en nuestra casa, orando y estudiando las santas escrituras. Como lo hicieron los primeros creyentes.

Por encontrarnos frente a una pandemia tan agresiva como la de Covid-19, es lógico que ese sea tema central de conversación en la mayoría de personas no obstante, considero importante y necesario, tener otros temas de conversación en nuestro hogar, practicando una  actitud positiva y compromiso familiar, retomando las buenas costumbres que probablemente hemos olvidado, o quizá algunos nunca practicaron, como el tomarse de las manos a la hora de comer y dar gracias, abrazar y decir un “te amo” a pareja e hijos, lógicamente siguiendo las medidas de higiene. abordar temas que por su complejidad se han ido evitando entre padres e hijos o entre cónyuges, a fin de aclarar diferencias y restaurar lo que este en ruinas. El desafío de quedarnos en casa es aprovechar este tiempo para estrechar lazos de amor y armonía con Dios y con nuestra familia. a la vez que descubrimos algunos dones que ni pensábamos tener. Les invito a estar expectantes de lo que Dios hará.

Ciertamente el cese laboral pasará factura económica al mundo entero, más si los hijos de Dios aprovechamos el tiempo como conviene esta peste nos dejará una riqueza de relación familiar, que superará cualquier déficit económico en nuestro país y en el mundo entero.

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