Por JULY DE SOSA
Conozco personas que se sienten cómodos llamando a Dios su Señor, no así llamándolo “padre”
En la mayoría de los casos he encontrado que esto tiene que ver con la relación que hubo con su padre biológico. Ya que este grupo de personas vieron en la figura de padre una persona ausente, maltratador, irrespetuoso, alcohólico, abusador, burlón, chantajista, machista, colérico, “entre otros” Esta cruel realidad les hizo rechazar esa figura.
Desafortunadamente hoy en día existen muchos hombres que no se preocupan por aprender acerca del plan de Dios en la figura de papá, y siguen el patrón de cómo ellos fueron formados por sus propios padres, esto forma un circulo vicioso de comportamiento equivoco para desempeñar tan importante rol. Todos esos malos recuerdos de su niñez y adolescencia han marcado una línea muy oscura de lo que es para ellos la figura de padre.
Ese patrón de comportamiento continua marcando a muchos niños, desesperados por tener un papá diferente, aparte de todos aquellos que aunque alcanzaron ya su etapa de adulto no está en sus manos el cambiar la realidad que de chicos vivieron, teniendo que soportar y honrar a este tipo de papá; pero lo que sí está en sus manos es aceptar la libertad que Dios quiere darle en esa zona en su mente y corazón, y en su calidad de ¡libre! pueda ser un ejemplo de un buen papá; poniendo fin al mencionado patrón de comportamiento. Esto no solo cambiará para bien la relación con sus hijos, sino que le servirá para desarrollar una relación con Dios como padre. Su éxito en esta travesía dependerá de que usted pueda verse en el espejo del ofensor, perdonar con actitud redentora, renunciando al derecho de la venganza. Ya que esto último, es precisamente lo que a muchos hombres no les permite abrazar a sus hijos varones, darles un beso y decirles hijo te amo. Por el contrario comportándose de la misma forma como su padre lo hiciera con ellos, saborean un tipo de “venganza” que en muchos de los casos lo hacen inconscientemente.
Es apremiante que entendamos que Dios no es como nosotros, la Biblia dice que ÉL nos hizo a nosotros semejantes a ÉL, lo que significa que todos podemos aplicar el amor, paciencia, comprensión, aceptación y perdón que Dios aplica con nosotros como nuestro Dios padre, con nuestros hijos. Piense por un momento y pregúntese a usted mismo ¿Cómo me trata Dios cuando le fallo? ¿Dejó de sentir su amor por mi falta? Notará que su respuesta si es sincera será no, Dios aunque le fallemos nunca deja de amarnos y bendecirnos más abundantemente de lo que nosotros mismos esperamos.
En ocasiones la astucia de satanás nos mantiene alejados de la verdad y esclavizados en el dolor, eso impide que veamos la puerta de salida que esta frente a nuestros ojos.
Yo le invito a que se interese en aprender más acerca de la figura de Dios padre. Y que de lo aprendido tome modelo para que usted sea esa figura con sus hijos. Puede comenzar creyendo y aplicando con sus hijos 3 características que usted siempre encontrará en la figura de DIOS padre.
1 -Dios nunca dejará de amarlo.
2- Dios nunca dejará de perdonarlo.
3 -Dios nunca dejará de ayudarlo.
Créalo y haga lo mismo usted con sus hijos, “hagan lo que hagan” nunca deje de amarlos, nunca deje de perdonarlos y nunca deje de ayudarlos.
¡Feliz día del padre para todos los que gozan de ese privilegio!