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El matrimonio no es una concepción humana sujeta a emociones, ni, es un intercambio entre tribus para mantener el estatus quo del clan, tampoco es una institución de acuerdos pre-establecidos, entre familias para no dilapidar las riquezas con personas de diferentes estratos sociales, pero más allá de la idea que la humanidad tenga acerca del matrimonio, se encuentra la idea del Dios de Israel, sobre el matrimonio y la familia, que ciertamente surge para organizar y dirigir el ámbito social, lo que significa que el matrimonio es la razón de ser de la familia y la base de toda sociedad organizada la constituye la familia.
De manera, que la singularidad del matrimonio nace en el corazón de Dios, para establecer límites a los hombres y mujeres, para multiplicarse y ejercer autoridad sobre la tierra, para trazar roles dentro de la familia, para ejercer disciplina, instrucción y corrección sobre los hijos, en esencia es una menuda tarea que ha sido otorgada por Dios, tanto al hombre como a la mujer, desde la fundación del mundo, por lo tanto el matrimonio es un santo estado, que da origen a la familia, para que en su seno se formen a ciudadanos de bien que ulteriormente tendrán la tarea de formar una familia.
Por lo tanto, de la calidad de tiempo brindada a los hijos, por parte de los padres y de los principios que se les haya enseñado, así será de solido el matrimonio que formen o débil en su caso, si los padres han sido ausentes en la educación e intereses de los hijos, acá es donde cobra fuerzas la idea de incluir al Dios de Israel, en todas las decisiones familiares para tener el respaldo y legitimidad en lo que se emprenda, de lo contrario dejaríamos a la deriva el matrimonio y la educación de los hijos, en consecuencia la familia se nutre del fundamento que es Dios, de amor, esperanza, unidad, confianza, fidelidad, paciencia y tolerancia.
Cualidades esenciales para bregar con los enemigos naturales que atentan contra la familia, como; el individualismo, los afanes, la avaricia, las redes sociales y la falta de tolerancia, entre otros, pero también existe el enemigo sobrenatural llamado satanás, que se opone a la creación de Dios, de modo que anda en la búsqueda de la destrucción matrimonial y la estrategia puesta en marcha es el “divorcio” para ello utiliza la zalamería, la fama, la vanidad, la pornografía, las múltiples ocupaciones, que luego conducen al adulterio, y finalmente sepulta al matrimonio.
Luego al verse la familia en un caos, en la que no cree que tenga compostura, inicia la autodestrucción con la búsqueda de culpables, regularmente la persona que es culpable, nunca asume su papel, al contrario, se adjudica el rol de víctima, tampoco acepta la responsabilidad de las malas decisiones y acá el orgullo se enaltece para tomar control de la mente del incauto, que se ha dejado gobernar todo el tiempo por las emociones, y es así como satanás ha hecho estragos de forma invisible a la humanidad a través de la historia atentando con la creación del Dios de Israel.
Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre. (Proverbios 5:18-19)