POR JULY DE SOSA
El tercer poema de los cinco que constituyen el libro de Lamentaciones declara:
“Esto consideraré en mí corazón y por esto esperaré: Qué por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias; nuevas son cada mañana ¡Grande es tu fidelidad! Mi porción es Jehová por tanto en él esperaré, dice mi alma.
Ciertamente que ¡maravillosa! Es la palabra escrita de Dios que, tiene el poder de eliminar cualquier pensamiento negativo y cambiar todo punto de vista humano, porque no es una terapia psicológica, sino más bien esencia de conocimiento, palabra viva, eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos. (Hebreos4:12)
Cuanto bien hace alimentarse de su sabia bendita en todo tiempo y más en este, en el que, las adversidades están a la orden del día, trayendo males de salud, posesiones, trabajo, siendo el mayor de todos, estos, la muerte.
Muchos al igual que yo hemos sido testigos de la misericordia de Dios presente en cada cambio de era, que hemos experimentado. Mis memorias de infanta y adolescente pertenecen a un estilo de vida que cada día se asemeja menos al de hoy, pues recuerdo que de manera segura jugaba libremente en la calle y caminaba hacia mi escuela sin ninguna amenaza más, que la de ser atropellada por un vehículo si me salía de la acera. Tal amenaza es la menor a las que se ven expuestos los niños de hoy que viven frente al peligro de delincuencia organizada. Pero no fue hasta la época de adolescente, cuando tuve consciencia que había entrado a una nueva modalidad de vida, luego de los 12 años de conflicto armado, que, finalizaron a principios del año 1992 con la firma de los acuerdos de paz, ahora estoy y estamos nuevamente frente a un nuevo cambio que en esta ocasión es a nivel mundial. Debido a la pandemia de Covid-19, virus que no respeto clases, razas ni credos, poniendo de rodillas a las potencias del mundo. Marcando una nueva modalidad de vida y desarrollo humano. Pero no todo lo que está ocurriendo es malo, ya que es ahora cuando muchos cada vez más comprenderán que el mayor consejo esta en la palabra escrita de Dios, que Dios no esta inventando nada, todo lo que ha de acontecer mientras el mundo exista está escrito ya, así como la estrategia a seguir para obtener la victoria, y su consejo a tiempo y fuera de tiempo. Escudriñando lo escrito está de Dios veremos claramente que, su fidelidad está y estará, perpetuamente con los que confiamos y esperamos en él. Por eso es necesario que aprovechemos este cambio social y cultural, para aprender del plan de Dios para la vida humana siendo de esto lo principal renunciar a la seguridad y orgullo que da el dinero, porque en esta pandemia ha quedado claro que por mucho que abunde no es útil para salvar la vida; días atrás escuche en un noticiero las declaraciones de la hija del presidente del consejo administrativo del Banco Santander en Portugal, quien murió a causa de Covid-19. Expresar “somos una familia millonaria y mi padre murió buscando algo que es gratis el aire”
De cara a nuestra fragilidad que queda al descubierto en tiempos de adversidad lo mejor que podemos hacer es aferrarnos a la fidelidad de Dios porque
“Bueno es Jehová a los que en el esperan, al alma que lo busca”