POR JULY DE SOSA
En el evangelio de Mateo escrito con un texto de estructura didáctica que con excelencia instruye al nuevo pueblo de Dios acerca de Jesucristo, encontramos en su capítulo 7 como parte del sermón del monte, una advertencia de Jesús que sirve de luz para conocer si ciertamente estamos sirviendo al Dios de la biblia… “No todo el que me dice ¡Señor, Señor! Entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi padre que está en los cielos” (Mateo 7:21)
En medio de un cataclismo escuchamos a personas influyente decir en sus mensajes ¡Dios bendiga nuestra tierra! U cualquier otra exclamación acerca de Dios, pero ¿será al Dios de la creación o a otro dios, al que están invocando?
En el mismo capítulo 7. verso 15, Jesús dice: “Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis”
El verso muestra claramente que más que escuchar una frase bonita, debemos mirar los frutos del que la dice “Por sus frutos los conoceréis” Resulta fácil caer en la equivocación de pensar que alguien solo por el hecho de decir dios, se está refiriendo al Dios de los cristianos, Por ser esto una forma que el enemigo usa para engañar, Jesús dejo filtros visibles, para todos y evitar así ser burlados. Note la importancia de ver los hechos de cada uno de nosotros para conocer a que Señor servimos, ya que muchos podemos decir Señor, Señor. Pero sin obediencia a lo escrito está de Dios, definitivamente no es a Jehová que servimos. Engañándonos a nosotros mismos, y engañando a los demás.
Conozco la historia de un nazi del año 1933, cuando Alemania era gobernada por Adolf Hitler, este hombre solía mencionar a un dios pagano al hablar con su hijo diciendo “dios esta con nosotros” por conocer que el nazismo generó la segunda guerra mundial que dejó millones de víctimas inocentes en todo el mundo y el genocidio del pueblo judío en campos de concentración, hecho conocido como holocausto. Se que el dios, que mencionaba no era mi Dios, el Dios de las santas escrituras. Esto sirve de ejemplo para recordar que no siempre que oigamos nombrar a dios, se están refiriendo a nuestro Dios. Debemos estar muy alertas ya que no podemos saber a ¿qué Dios, dios, se refieren?
Otro detalle para que los cristianos identifiquemos si están hablando de nuestro Dios al escuchar una oración que supuestamente va dirigida a él, es si Jesús es mencionado, ya que Dios ordena que todo se pida en el nombre de Jesús. “Y todo lo que hacéis sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús” (Colosenses 3:17) y (Hechos 4:12)
Sirva lo anterior como un recordatorio para evitar ser burlados cuando escuchemos nombrar a Dios y preguntémonos Dios ¿Cuál dios? Lo sabremos si observamos sus hechos y si Jesús forma parte de esa oración.
¡Qué el Dios de la creación por medio de su Santo Espíritu nos de entendimiento en todo tiempo en el nombre de Jesús!