Tu procedencia es el cielo.
Tú no eres de esta tierra. Fuiste concebido en la mente de Dios antes que en tus padres. Así que eres de origen celestial.
Quizá no te recuerdas, pero viste los ojos de tu padre cuando solo eras un embrión.
Por eso cuando estas en la presencia de Dios, te sientes en casa.
Sientes que ya conoces esas sensaciones, debido a tu apego a Dios mismo, que data, desde antes de la fundación del mundo.
Así que no es casualidad que leas estas líneas. Simplemente es una carta de amor que Dios te envió desde el cielo y por fin llego a tus manos. No dejes de leer, hay muchas cosas que tu padre te quiere contar…
En muchas ocasiones te has sentido fuera de lugar, careces de sentido de pertenencia, y hay momentos que te cuesta creer en que realmente eres hijo de tus padres. No te espantes, no te asombres, ahora entenderás el por qué.
Y la razón es que tú eres hijo de un rey.
Muy dentro de ti, hay informaciones sobrenaturales que están más halla de tu imaginación.
A veces extrañas tu hogar, y después de un suspiro profundo piensas, que desearas morir, para que todo esto se termine. Pero esa sensación extraña es porque tú mismo ser interior, extraña la presencia del padre. Aquel padre que te hace sentir que eres un ganador, que todo lo puedes y lo mejor de lo mejor, te hace sentir que todo estará bien.
Ese extraño sentido de orfandad
Luchas por alcanzar la aprobación de tus padres, pero en la mayoría de veces no lo logras. Y gritas “nunca quedo bien, por más que lo intento, jamás hago bien las cosas”
Por lo tanto, vive para agradarlo y sentirás que por fin alguien está orgulloso de ti. Quiero decirte que Dios tienen muchos sueños contigo…
Los sueños de Dios para ti, son esos deseos que por momentos percibes cuando lloras en su presencia.
Hablamos de tu partida de nacimiento
Fuiste escrito en los folios celestiales con las mismas manos de tu padre.
Eres la firma y el sello de Dios en la tierra, representas a todo un reino.
Por ti se libran miles de batallas diarias. Así que, por eso, te quieren en el infierno y te reclaman en el cielo. Si, así es. Eres paliado por ambos, cada vez que te encuentras frente a una tentación.
Al vivir a aquí en la tierra estas en medio del campo de batalla. Tu alma tiene un valor incalculable, pero al final tú decides en tu vida terrenal, con quien y donde desea pasar la eternidad.
Así que de ti depende: Volver con tu padre el rey o alejarte más de él, pasando así una eternidad en oscuridad.
Cuando partiste del cielo para venir a la tierra; los que Dios elegio para que fueran tus padres te colocaron un nombre y te escribieron en los libros terrenales, sin embargo, no se te debe de olvidar que un día partirás de esta tierra y tu partida se convertirá en acta de, defunción, mientras que cuando entres al palacio real de tu padre encontraras tu nombre escrito con letras de oro en los registros eternos.
Así que asegura tu partida feliz, de camino a casa, naciendo de nuevo para nunca morir eternamente.
A continuación, unas palabras de tu padre el Rey, que desea que leas para que recuerdes tu origen:
“Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar ni
una sola de ellas… despierto y aún estoy contigo… Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifique, te di por profeta a las naciones…según nos escogió en él antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor, habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo”.
(Salmo 139; Jeremías 1 y Efesios 1)
Pai Otoniel Alvarado
Pastor General de Casa Emanuel para Todas las Naciones.