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viernes, marzo 29, 2024

Intimo

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Debemos tener muy claro que no es lo mismo saber quién es una persona por su nombre o rasgos físicos a llamarle AMIGO. Eso sucede en la red social Facebook. Tienes miles de AMISTADES pero no conoces a la inmensa mayoríá. Una reacción sobre un post no denota ninguna relación de amistad. La amistad es más profunda. Una verdadera relación debe trabajarse desde el dialogo intencional y permanente. Ese dialogo no debe convertirse en un MONOLOGO en el cual una de las dos partes habla y la otra solo escucha. Debe existir el momento de hablar y otro para escuchar.

Esa dinámica fue lo que provoco que Abraham lograra un nivel muy profundo de intimidad con Jehová. Su capacidad de escuchar la voz de Dios y lograr diferenciarla de otras muchas voces nació́ de su íntima relación con El Eterno. Curiosamente no fue Abraham quien inicio esa amistad sino que, fue Dios quien le busco y selecciono para propósitos eternos.

Abraham lo escucho en el llamado en su tierra natal, Ur. No sabemos cómo es la voz de Dios. Personalmente, jamás la he escuchado. Su voz puede ser potente como la voz que escucho Moises al recibir los diez mandamientos. Pero también puede ser suave y delicada como el susurro que saco a Elías de la cueva. Lo importante no es su tono, sino reconocer su voz llamándote a la intimidad.

Abraham lo escucho en la prueba con Isaac. De una forma sorprendente, la misma voz que lo saco de su tierra y le prometió una enorme herencia, le estaba reclamando como propiedad, su único hijo. Obviamente la fe de Abraham era inmensurable al grado de obedecer semejante petición. Pero Abraham sabía algo más que los lectores del libro de Génesis no sabemos. Algo más allá del texto escrito. Abraham sabía que esa voz no le defraudaría. La voz de su amado amigo no le provocaría vergüenza eterna, incluso en un momento tan crítico como el de entregar su único hijo.

Abraham lo escucho en el desierto. Ese lugar donde las temperaturas son tan hostiles que pueden arrebatarte la vida en un momento. El desierto, lugar de soledad y transiciones. Si, en ese lugar, Abraham escucho una vez más la voz de su amigo íntimo el cual le daríáa una promesa: … Mira lo más lejos que puedas en todas las direcciones: al norte y al sur, al oriente y al occidente. Yo te doy toda esta tierra, tan lejos como alcances a ver, a ti y a tu descendencia como posesióńn permanente… Génesis 13:14–15 (NTV) Curiosamente, en el desierto es cuando Dios más nos habla para impulsarnos hacia la tierra prometida.

Abraham logro desarrollar una íntima relación con Dios por su alta capacidad de escuchar su voz.

 Como resultado de esa intimidad, Abraham recibía de primera mano las noticias que su amigo hacía. ¿No te gustaríá ser como Abraham? ¿No te gustaría aprender a escuchar su voz? ¿No te gustaría aprender a diferenciar su voz de entre muchas voces extrañas? Para lograrlo, debes provocarte una insatisfacción personal que te lleve a profundizar en sus aguas. Debes consagrarte a Él para poder vivir para Él. Debes agudizar tu oído de la fe para saber cuál es la ruta que Él té está marcando y así́ caminar en sus caminos que aunque parezcan desérticos, es el lugar del encuentro entre dos buenos amigos, EL Y TU. i

«LA INTIMIDAD ENTRE DIOS Y TU,  COMENZARA CUANDO PRESTES TU OIDO A SU VOZ EN MEDIO DE TU DESIERTO´´

Erick W. Serrano

Pastor

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