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sábado, noviembre 23, 2024

El enemigo siempre llega tarde

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Hechos 4.1-4

Mientras Pedro y Juan le hablaban a la gente, se les presentaron los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y los saduceos.

Estaban muy disgustados porque los apóstoles enseñaban a la gente y proclamaban la resurrección, que se había hecho evidente en el caso de Jesús.

Prendieron a Pedro y a Juan y, como ya anochecía, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente.

Pero muchos de los que oyeron el mensaje creyeron, y el número de éstos llegaba a unos cinco mil.

Los religiosos llegaron para callar a Pedro y Juan, su predicación había sido contundente y el milagro espectacular, enfurecidos los prendieron, pero era demasiado tarde, el milagro y el mensaje ya habían sido entregados, y el fruto de eso nadie lo podía detener. Satanás trata de detenerte, pero siempre llega tarde, Dios está obrando en tu vida y eso nadie lo puede detener.

“Estaban muy disgustados…”, las autoridades disgustadas vinieron para intimidar y detener a los discípulos, todo porque estaban haciendo la obra de Dios. Sin duda al enemigo le enfurece que hagas lo correcto, y la primera fase de la intimidación será la perturbación, sacarte de tu paz, alterar tu orden, frenarte como sea. Si estás enfrentando esas perturbaciones no dudes que es el enemigo tratando de frenarte, porque le estás causando daño al infierno.

Pero el enemigo siempre llega tarde. Prendieron a Pedro y Juan, los metieron a la cárcel, parecía que todo estaba terminado y que habían logrado entorpecer y poner cadenas al plan. Nada mas lejos de la realidad, ya era tarde, 5 mil se habían entregado a Dios, misión cumplida. Recuerda que siel avance del Reino de Dios sufre estorbo, también el avance de las tinieblas será estorbado y vencido.

No lo olvides, Satanás siempre llega tarde, la razón por la que disgustado trata de detenerte es porque estás caminando en la efectividad de tu fe, lo hace, porque la Palabra ya está sembrada en tu corazón y quiere robarla, pero es tarde, la Palabra dará su fruto en tu vida, la cosecha en es inevitable, anímate porque aunque parezca que estás en prisiones, la obra de Dios sigue corriendo, la salvación de Dios es una realidad en tu vida, no te dejes intimidar por el enemigo, sigue marchando.

Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe.

Isaías 55.11 (Nueva Traducción Viviente)

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