Con un enfoque más desafiante del servicio a los demás, basado en los principios cristianos, la Confederación Internacional de Capellanes (CICAP) realizó el pasado 28 de junio su cuarta graduación de capellanes en la zona occidental del país.
Un total de 103 personas entre niños, hombres y mujeres se prepararon durante dos meses, recibiendo ocho clases intensivas de cuatro horas cada una, con el objetivo de adquirir conocimientos y herramientas que les permitieran compartir de mejor manera la Palabra de Dios, sirviendo a quienes más lo necesitan.

Pedro Alarcón, Brigadier General Nacional de CICAP, expresó que esta cuarta graduación representa “victoria y más trabajo”.
“Esto ha sido una bendición. Las puertas se nos están abriendo y necesitamos más personal para cumplir con nuestra misión”, aseguró.
El Brigadier Alarcón añadió que “cada graduación representa una visión ampliada del CICAP, lo cual demuestra que la organización sigue avanzando. A esto se suma el amor y la pasión por servir, que se transmite e inspira a otros a prepararse”.

Una muestra de ello es la participación de cinco menores en esta promoción, quienes forman parte del programa Capellanes Kid’s, considerados como verdaderas semillas de paz.
“Los chicos son una enorme bendición, ya que desde temprana edad tienen un pensamiento claro y abierto. No solo entregan tratados, también trabajan junto a sus padres para llevar el evangelio a todos”, señalaron los organizadores.
Entre los graduados destacan también José Cecilio Campos, de 65 años, y Nelson Pérez, de 63, originario de Chalatenango, quienes culminaron su formación a pesar de sus discapacidades. José Cecilio es no vidente, mientras que Nelson tiene dificultades para caminar. Ambos afirmaron que cualquier esfuerzo vale la pena si se trata de cumplir con el mandato que Jesús nos dejó.

Luis Medina, director de La Prensa Cristiana e invitado especial al evento, destacó que “la graduación es la culminación de un esfuerzo intenso, en el que los estudiantes dedicaron horas para prepararse y enfrentar el próximo reto: servir a los demás”.
Medina subrayó que servir es un privilegio que implica estar con las personas en sus momentos de dolor, ofreciendo consuelo, guía y apoyo espiritual. “Recuerden que su rol no solo es ofrecer palabras, sino también escuchar con empatía y compasión”.
Por su parte, el Mayor José Adalberto Cuéllar, director de la zona occidental del CICAP, felicitó a los graduados y les recordó que culminar este proceso “es un logro importante en sus vidas”.

“El día cobra verdadero valor cuando, al obtener conocimiento, mostramos valentía para cumplir con la labor que nos encomendó nuestro Señor Jesucristo. ¡Recuerden! La capellanía exige dar la milla extra. Es una labor que muchas veces no puede realizar la iglesia, porque hay lugares a los que solo entra un capellán”, afirmó.
Finalmente, el Mayor Cuéllar exhortó a los nuevos cadetes a representar con honor la capellanía, honrando así a quien los ha llamado: Jesucristo.